Poco a poco, las pequeñas y medianas empresas argentinas se animan a ingresar al mercado bursátil. Cómo hacerlo, paso por paso. Tres compañías comparten su experiencia. Las claves.
Sarmiento 299, 11.12, en el Buenos Aires Stock Exchange, el mercado de capitales capitalino. El edificio diseñado por el arquitecto Alejandro Christophersen pasa casi desapercibido ante los peatones que se agolpan como cada mañana en el microcentro porteño. Adentro, un grupo de empresarios hace el precalentamiento de lo que será un road show trascendente para su compañía. Agentes de Bolsa y potenciales inversores van ocupando las butacas del recinto donde, en minutos, comenzará la presentación. Pantallas con balances, gráficos y un discurso debelan el misterio. Puede tratarse de un gigante del acero o una alimenticia pero, detrás, se encuentra una pyme que factura $ 15 millones y busca abrir su capital para incrementar sus inversiones en el sector agropecuario.
“Hay que romper el paradigma de que el mercado bursátil es para inversores especuladores y grandes compañías”, dice Jackie Maubre, directora de Cohen Sociedad de Bolsa, que emitió una de las dos Obligaciones Negociables (ON) Pyme, en lo que va del año. Cabe recordar que estos instrumentos suelen representar el primer paso en el mercado financiero para las pequeñas y medianas empresas.
En abril, las pymes consiguieron $ 302 millones de financiamiento bursátil frente a $ 203 millones del mismo mes, en 2013. Un salto del 50%, liderado por los cheques de pago diferido con $ 263 millones y los Fideicomisos Financieros (FF) por $ 28 millones, según datos de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA).
“El inversor viene a buscar una tasa de rentabilidad superior que la de los bancos y el empresario una tasa de financiamiento menor a la que ofrecen estás entidades. Y ambos lo consiguen”, explica Carlos Lerner, jefe de Desarrollo Comercial y Pymes de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA). “El financiamiento con cheques de pago diferido gana terreno porque los plazos de los bancos suelen ser a 90 días y, en la Bolsa, alcanza los 360 días, con una tasa del 25% anual”, agrega.
Luis Delcassé es un histórico del Panel Pyme en el recinto de Alem y Sarmiento. El propietario de Insuagro comenzó a operar con la emisión de cheques en 2004 y, dos años más tarde, obtuvo $ 1,5 millones con la apertura del 22% del capital de su compañía proveedora de insumos para el agro. Hoy, es una de las tres listadas en el Panel Pyme, junto a Meranol y Ovoprot International. “La facturación pasó de $ 15 millones ese año a $ 188 millones en el último ejercicio”, señala.
“Tenemos financiamiento bancario, pero las entidades no permiten endeudarse en un equivalente a cinco veces nuestro patrimonio, como sí en la Bolsa”, asegura el empresario. Alianza Semillas participa de otra categoría vinculada al negocio agropecuario. Cuatro socios son los accionistas de esta productora de semillas con sede en Rosario. “Entre las estrategias financieras que pensamos al fundarla, en 2007, el mercado de capitales ocupaba un lugar central”, asegura Rodrigo Armas, accionista y director Financiero de la firma, que facturó $ 115 millones.
“Los requisitos para emitir una ON son varios y de carácter formal. Por eso, Worcap fue nuestro organizador y asesor financiero”, reconoce Armas. “Algunos fueron la emisión de balances trimestrales, designación de un síndico y presentación de información financiera a la Comisión Nacional de Valores (CNV) todos los meses, entre otros. Es mucha la información que hay que presentar y en plazos muy estrictos, pero con trabajo y siendo prolijos, se pueda lograr”, asegura.
Alianza emitió dos ON entre 2012 y 2013. La primera, por $ 6,1 millones y la segunda, de $ 11,1 millones. El empresario sostiene que, desde el punto de vista del flujo de fondos, lo obtenido se destinó a la compra de productos a los proveedores. Desde un punto de vista más global, el de la estructura financiera de la empresa, es la herramienta de mediano plazo que les permitió darle financiamiento a los clientes que, en general, necesitan plazos acordes a su ciclo productivo.
Energizar el desarrollo
Para que las pymes se acerquen al ámbito bursátil es clave el trabajo de hormiga de comunicar y desmitificar. “Uno de los temores del empresariado es que el inversor quiere sentarse en una silla del directorio para tomar decisiones. Eso puede suceder en las películas pero, en la Argentina, los inversores suelen buscar la máxima rentabilidad en el menor plazo y no incorporarse al día a día de la empresa”, sostiene Lerner.
En 2007, los fondos comunes de inversión para pymes administraban $ 30 millones. A abril de este año, alcanzaba los $ 3.255 millones. “Esos fondos (unos 15) están compuestos por inversores calificados como las compañías de seguros que, obligados por el inciso K, destinan un 5% de sus inversiones a estos fondos”, explica la directora de Cohen. “Hay un estrangulamiento de fondos para capital de trabajo y las pymes encuentran, en el ámbito bursátil, una fuente de financiamiento eficiente y a tasa real negativa”, agrega.
A la Bolsa ingresan unas 1.000 empresas por año. Y, en el primer trimestre, el volumen de cheques negociados por las pymes aumentó un 70% respecto a igual período de 2013. “Esto se explica por las históricas tasas altas de los bancos”, señala Lerner. “No hay perspectivas de achicamiento”, adelanta el titular del departamento, que opera con 12.448 pymes, número de empresas que ya se financió por $ 15.655 millones, desde el segundo semestre de 2002. Las firmas medianas, que, según la CNV, facturan hasta $ 180 millones (industriales) y $ 250 millones (comerciales), captan entre un 5 y 8% de los fondos bursátiles, en el país.
“Una medida que aumentaría el peso de las pymes en el recinto es una adecuación de las cifras topes de facturación de las mismas por parte de la CNV”, señala Lerner. Pero, no hay definidos plazos para que se concrete.
CGM Leasing, del Grupo Cohen, ya emitió 22 series de FF en el ámbito bursátil. Juntos suman $ 697 millones y 16 series ya se pagaron y cerraron. Hoy, tienen en proceso de aprobación la serie número 23, por $ 60 millones.
“En ONs, estamos por la serie seis y suman $ 208 millones. Las dos primeras se cancelaron por pago. De las cuatro restantes, las pymes deben $ 113 millones escalonados”, dice Maubre. CGM se fundó en 2004 y la primera emisión fue de FF por $ 14 millones. “La calificación de los mismos creció de ‘A’ a ‘AAA’ con el correr de las series, y soportando crisis, como 2008 (resolución 125), suba de Badlar (N.d.R: la tasa de referencia, que emite el BCRA), hipotecas”, agrega.
Emite y construye
Edisur, el grupo desarrollador de Córdoba, fue el primero de esa provincia en emitir ON en el mercado bursátil tras la crisis de 2001. “Lo hicimos en cuatro ocasiones por un total de u$s 6,5 millones, de los que restan amortizar u$s 1 millón de la última emisión, en noviembre de 2011”, señala Horacio Parga, presidente de la firma. “Entonces, los fondos se destinaron al desarrollo de Casonas del Norte, el primer condominio privado de la empresa en la zona Norte de la ciudad de Córdoba”, recuerda. Las emisiones restantes fueron para capital de trabajo destinadas a varios proyectos. “Entre las ventajas, la celeridad y que no se necesita calificadores de riesgo. Es una herramienta flexible”, dice Parga.
Edisur operó tres veces con los agentes Escalera Bursátil y Dracma Sociedad de Bolsa y en la primera experiencia, con Viano Sociedad de Bolsa. “Colocaron el 100% de las obligaciones”, asegura. La experiencia en la Bolsa de Comercio fue repetida por 15 pymes provinciales en la última década. “Funcionó bien, con emisiones record”, dice Parga.
Armas afirma que basa el desarrollo en un esquema de alianzas, que materializa en dos niveles: convenios de vinculación tecnológica y convenios comerciales. Los primeros, de la mano de multinacionales, como Dow Agroscience y Quilmes. “En el otro nivel, tenemos más de 300 distribuidores desde la provincia de Buenos Aires a Jujuy, a quienes les damos acceso a productos que logramos con los convenios, herramientas comerciales y financieras a las que no podrían acceder por su cuenta”, explica el ejecutivo. “Nos permite llegar a una gran cantidad de productores agrícolas, ganaderos, tamberos, feedloteros que están consumiendo nuestros productos, dándonos una atomización que minimiza los riesgos”, agrega el empresario. Ningún cliente de Alianza supera el 2% del total de las operaciones de la firma.
“Las dificultades tienen que ver con los tiempos de aprobación, que se estiran, atrasando la colocación, y con los pedidos de información nueva. Alguna vez nos pasó que, al salir a colocar, el mercado tiene ‘turbulencias’”, explica Armas. “Pero, en ningún caso, fueron dificultades que no pudieran sortearse”, sostiene. Para Lerner, el management y el financiamiento son dos “costados flacos” que suelen tener las pymes. Las nuevas generaciones suelen impulsar a sus antecesores a animarse a la Bolsa, como una nueva fuente de recursos para la empresa familiar. Quizás, en el futuro el edificio de Sarmiento y Alem ya no pase desapercibido.
Fuente: http://www.cronista.com/pyme/LA-BOLSA-TAMBIEN-ES-COSA-DE-CHICAS-20140710-0014.html