Ayer compró más de USD 220 millones, récord del año. En el último mes, sumó reservas por USD 1.200 millones
Los elevados precios de la cosecha de soja y el cepo cambiario le sientan bien al Banco Central. La entidad aprovechó las restricciones que existen para acceder al mercado y ayer aprovechó para comprar más del 60% de todos los dólares provenientes de las exportaciones. En total fueron alrededor de USD 228 millones, lo que representó una cifra récord en lo que va del año. En las primeras ocho ruedas de mayo las compras ascendieron a 1.100 millones de dólares.
Aunque el cierre de la soja levemente arriba de los USD 600 no impacta en las ventas actuales, se trata de un dato importante porque demuestra que los precios no aflojan y lo mismo sucede con el maíz. El precio de la oleaginosa supera en más del 90% los valores que se registraban en la misma época del año pasado. Se trata de un fenómeno que registran casi todas las materias primas, reflejando la debilidad del dólar a nivel internacional.
El Banco Central aprovecha esta combinación de soja y cepo para consolidar su stock de reservas. Ayer finalizó en USD 40.876 millones y ya recuperó alrededor de USD 1.200 millones en el último mes. Si no sucede nada raro es posible que hoy consiga superar los USD 41.000 millones, nivel que no se observaba desde el 9 de octubre del año pasado.
Por supuesto que el cepo cambiario es un aliado central del titular del BCRA, Miguel Pesce, que compra casi todos los dólares que puede abajo de los $ 100, cuando el precio de mercado se ubica levemente por encima de los $ 150. En caso de no existir las restricciones cambiarias, la demanda de dólares a ese nivel sería enorme, provocaría un salto de precio y no le permitiría al BCRA acumular reservas.
Sin embargo, la compra de dólares no es acompañada al mismo ritmo por la acumulación de reservas. Una parte se “pierde” en pagos a organismos internacionales. La semana pasada, por ejemplo, el Gobierno le pagó USD 298 millones en concepto de vencimiento de intereses al FMI. También se usaron reservas en los últimos meses para intervenir en el mercado financiero y mantener bajo control el “contado con liquidación”.
Las propias cifras del BCRA reflejan esta situación. En lo que va del 2021 (hasta el 7 de mayo, último día disponible), la entidad había comprado USD 4.257 millones, pero las reservas sólo habían subido en el mismo lapso USD 1.067 millones. Es decir que sólo uno de cada cuatro dólares que adquiere el Central quedan efectivamente en sus arcas como reservas.
El desafío para adelante del BCRA será lograr que una proporción mucho mayor de las divisas que compre en las próximas semanas ayuden a incrementar las reservas. La intención de Pesce es armarse de un “colchón” para enfrentar la época de “vacas flacas” que viene por delante. En el segundo trimestre el ingreso de divisas es mucho menos abultado, por lo difícilmente pueda mantener el actual ritmo de acumulación. Pero además hay muchos vencimientos de deuda por delante, especialmente con organismos.
La segunda parte del año también estará influenciada por las PASO y las elecciones legislativas, más allá que el Congreso votará una postergación de fechas por algunas semanas. Es muy probable que se produzca una retracción a la hora de liquidar divisas, sobre todo ante la especulación de una suba del tipo de cambio posterior a los comicios.
Este panorama explica por qué el Gobierno muestra tanta resistencia para pagarle al Club de París los USD 2.400 millones que adeuda. Ese vencimiento cae a fin de mayo, pero puede postergarse hasta julio. Sin embargo, el BCRA tiene pocas reservas líquidas (no superan los USD 5.000 millones) más allá de los casi USD 41.000 millones que aparecen en las cifras oficiales. Además, realizar este pago implicaría perder más del doble de las reservas acumuladas hasta ahora.