En 2021 la autoridad monetaria se esfuerza por mantener estabilizada la cantidad de dinero que inyecta en la economía y así contener las expectativas de devaluación
El Banco Central continúa efectuando un encomiable esfuerzo para “congelar” el volumen de dinero que fluye en la economía, como medida para detener la espiralización inflacionaria y que, a la vez, tiene su incidencia en los distintos segmentos del mercado cambiario.
En este sentido se destaca que la Base Monetaria, en $2.517.197 millones al 31 de mayo ($2,52 billones) crece tan solo 1,9% nominal en los primeros cinco meses de 2021, y registra un aumento interanual de 18,1%, bastante debajo de la inflación del 47% anual, lo que significa que de sostenerse esta disciplina monetaria, la inflación debería descender en los próximos meses.
En este punto fue fundamental el escaso crecimiento de la circulación monetaria en poder del público (principal componente de la Base Monetaria) para estabilizar a los dólares alternativos, que escapan al cerco impuesto por el cepo cambiario y son una referencia para muchos precios de la economía y, por supuesto, las expectativas de devaluación.
Desde el 28 de octubre de 2019, cuando el gobierno de Mauricio Macri reforzó el control de cambios con un tope de venta al público de USD 200 mensual para la demanda privada, la circulación monetaria aumentó 101,4%, desde $923.500 millones a $1,86 billón. En el mismo período, la cotización del dólar libre subió 107,9% y el bursátil “contado con liquidación”, 105 por ciento.
Esta evolución tan pareja da a entender que hay una relación entre la variación del dinero en circulación y la suba del dólar “blue” y el dólar Bolsa, que puede ser regulada por la conducta monetaria que el BCRA decida aplicar. En estos 19 meses transcurridos desde que se impuso un “cepo reforzado” la inflación acumulada fue de un 75 por ciento.
La estrategia a través de la cual el Banco Central le puso un techo a los dólares alternativos tiene cuatro puntos centrales.
1) Por una parte, el 2021 vino con una mejora en la actividad que impulsó la recaudación tributaria, al tiempo que el Tesoro procura cerrar el financiamiento del déficit fiscal con la colocación de deuda. De esta forma, reduce la exigencia sobre el BCRA para emitir más pesos.
2) La Base Monetaria cae en términos reales, debido a que su tasa de expansión es inferior a la inflación. Por otra parte, el principal factor de expansión en 2021, que es el pago de intereses por la colocación de Pases pasivos y Letras de Liquidez (Leliq) es reabsorbido con la renovación de esta deuda “cuasi fiscal” que emite el Central.
3) En el corto plazo una Base Monetaria que cede en términos reales le otorga cierta flexibilidad al BCRA para expandir pesos a través de la compra de dólares en el mercado mayorista.
4) Esta bonanza de divisas, gracias a las liquidaciones récord del agro, permite que el Banco Central absorba dólares y que la suba del precio oficial sea gradual (y por debajo del ritmo de la inflación) como “ancla cambiaria” y también una referencia que influye en los mercados paralelos.
Los analistas de Portfolio Personal Inversiones subrayaron que “la Base Monetaria real resulta ser de las menores desde 2008. En resumen, hay ‘pocos’ pesos en el mercado para el nivel de precios de la economía”. Y agregaron que “desde diciembre de 2020, junto a una suba de la tasa de política monetaria del 36% al 38% anual; la combinación de menor emisión fiscal y mayor absorción monetaria junto a creciente inflación ‘aplastaron’ la tenencia nominal y real de Base Monetaria. En consecuencia, gatilló una creciente compra de dólares en los últimos seis meses”.
“En los primeros cinco meses de 2021, la prudencia fiscal y monetaria por un lado, y la fuerte mejora de los términos de intercambio por el otro, se conjugaron para revertir el exceso de pesos y recomponer el menguado stock de reservas netas del Banco Central, que se incrementaron en 3,6 mil millones de dólares, hasta un nivel de 7,2 mil millones”, indicó un informe de Jorge Vasconcelos y Guadalupe González, economistas del IERAL de la Fundación Mediterránea.
“Ha sido clave el freno en la emisión monetaria por motivo fiscal, que pasó de 167 mil millones de pesos/mes en 2020 a 36 mil millones de pesos/mes en enero-mayo de 2021. Sin embargo, la incertidumbre no permite extrapolar esta política a lo que resta del año”, evaluaron los expertos del IERAL.
Joaquín Marque, director de UG Valores, advirtió que “probablemente veremos mayor presión sobre los dólares a medida que nos acerquemos al periodo de campaña electoral. No sería extraño que entonces, el Gobierno realice nuevas regulaciones o intervenga activamente en el mercado”, como efectuó desde noviembre de 2020 a través de la venta de bonos en cartera de organismos públicos.
“La brecha entre los dólares alternativos y el oficial se encuentra en 77% aproximadamente. De continuar incrementándose podría ser contraproducente para la tan deseada calma cambiara, ya que podría revertir nuevamente las expectativas devaluatorias de los exportadores y el campo, y así frenar abruptamente la liquidación de divisas”, evaluó Joaquín Marque.
“A medida que nos acerquemos al período electoral, y el proceso de vacunación se vaya completando, el Gobierno volverá a tener una política expansiva del gasto, intentando revertir los daños producidos por la pandemia y así llegar a las elecciones de noviembre en una mejor posición”, acotó el economista de UG Valores.