Frente a la falta de divisas, el Gobierno aumentará el control de las importaciones y ajustará aún más el cepo cambiario.
La caída del 10% de las exportaciones durante el primer semestre agudiza la falta de dólares que enfrenta la Argentina. Las proyecciones indican que 2014 cerrará con un saldo comercial favorable en torno a US$6.500 millones. Sin otras fuentes de financiamiento a mano, los analistas estiman que el Gobierno redoblará el control sobre las importaciones, ajustará el cepo al dólar y dejará subir el tipo de cambio.
“El saldo comercial, la única fuente de dólares que tiene la economía actualmente, se deteriora”, indica la consultora Analytica. Si bien las importaciones cayeron 8%, en parte por el impacto de la recesión (ver infografía), esto no compensa la reducción de las exportaciones. Así, el saldo comercial acumuló en el primer semestre US$3.684 millones, 28% menos que en igual período del año pasado.
La baja de las ventas externas obedece a la menor demanda brasileña por el freno en el crecimiento de ese país y a la caída de los precios de los commodities. A esto se agrega, según detalla Management & Fit (M&F), “la discrecionalidad de los principales socios comerciales”. Se refieren a las represalias que los mercados europeos aplican contra el biodiesel, por ejemplo, en respuesta a las trabas a las importaciones que aplica la gestión de Cristina Kirchner. Este cóctel les resta chances a las exportaciones. “La Argentina no ha sabido resolver los problemas internos que afectan a su oferta exportable ni encontrar nuevos mercados externos”, indica el economista Jorge Todesca.
El 25% de las exportaciones argentinas corresponden a soja y sus derivados. La mayor parte de esa producción ya se vendió, pero según los cálculos de M&F, aún quedan por comercializar alrededor de 24 millones de toneladas. En parte, los productores retienen ese stock con la expectativa de que el dólar suba y entonces consigan mayores ganancias. A los precios actuales de la oleaginosa, ese stock equivale a US$14.500 millones. Pero el precio de la soja viene en baja. A tal punto que la consultora estima que se perderán de US$1.000 millones a US$1.500 millones por la caída en la cotización. “Con las exportaciones fuera de su control directo, las importaciones se mantienen como la variable de ajuste para alcanzar un determinado nivel de superávit comercial y así cubrir la necesidad de divisas”, plantea el economista Matías Carugati.
Todesca sostiene que “desde finales del año pasado, el Gobierno ha optado por incrementar ostensiblemente las restricciones a las importaciones, determinando una mayor caída de las compras externas de diversos productos como indumentaria, juguetes y artículos electrónicos. Esa política no trata de promover la sustitución de importaciones sino de preservar las divisas, aun a costa de comerciantes y empleados”.
Según las proyecciones del IERAL, el año finalizaría con exportaciones por US$75.900 millones e importaciones por US$68.200. Esto implicaría caídas anuales de 7% y 7,4%, respectivamente, y dejaría un saldo de US$7.700 millones.
Para la consultora ACM, el superávit del año sería de US$7.400 millones. El conflicto con los holdouts sobrevuela todas las proyecciones. Maximiliano Castillo Carrillo señala que “si se confirma el escenario de incumplimiento y el default se prolonga, habrá un superávit más alto, principalmente porque las importaciones van a mostrar un desempeño más pobre. Esto ocurrirá porque la actividad será peor que la esperada y porque las restricciones aumentarán, aunque el efecto se sentirá en el mediano plazo. La economía requiere un superávit más alto que el que estamos calculando”. Entonces, el economista apunta que lo más probable es que el Gobierno tome medidas adicionales. “Hay una probabilidad altísima de que se limite todavía más tanto la compra de dólares como el giro de utilidades y dividendos al exterior”.
Para Analytica, “de no lograrse un acuerdo con los holdouts, el Gobierno volvería a presionar sobre las importaciones eliminando cualquier posibilidad de recuperación en el nivel de actividad”. Por su parte, Economía y Regiones señala que “ante la escasez de divisas, el canal financiero externo empieza a tomar cada vez más relevancia como proveedor de dólares para pagar la deuda, para sostener la demanda de pesos, para recomponer el erosionado balance del Central y para importar los productos elementales”. El economista Diego Giacomini estima que, el año próximo, el Gobierno necesitará conseguir entre US$15.000 y US$17.000 para financiarse. “Sin o con escaso financiamiento externo, con una tonelada de soja a US$400, con Brasil creciendo al 2% anual y con déficit fiscal y emisión monetaria crecientes, lo más prudente sería esperar más inflación, más devaluación, menos crecimiento y menor empleo en lo que resta de 2014 y 2015”.
El año próximo, sin contar algún posible pago a los holdouts, la Argentina tiene vencimientos por US$13.500 millones, incluyendo los compromisos asumidos con Repsol y con el Club de París. De ese monto, son refinanciables US$2.700 millones correspondientes a vencimientos con el Banco Central y con organismos multilaterales. “El vencimiento más fuerte hasta ahora es el pago del Boden, que insumirá US$5.800 millones”, explica el economista Camilo Tiscornia. De cara a este escenario, Tiscornia considera que lo más probable es que en lo que resta de 2014, el Gobierno acelere el ritmo de la devaluación. “El dólar debería ir acompañando a una inflación de punta a punta estimada en 37%. Esto lo llevaría a $9,30 ó $9,50 en diciembre, aunque es probable que sin acuerdo con los holdouts, el dólar salte antes. Y si eso pasa, en el corto plazo la inflación puede irse arriba de 40%”.
Fuente: http://www.ieco.clarin.com/economia/caida-exportaciones-agudiza-escasez-dolares_0_1186681621.html