El secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, avisó a los principales representantes de la industria frigorífica que no se iban a otorgar más permisos de exportación de carne hasta que retrocedan los precios de la hacienda.
Apelando a la misma receta que aplicó Néstor Kirchner en marzo de 2006 para bajar los precios de la carne, el gobierno volvió a cerrar hoy las exportaciones del sector frigorífico. La decisión tomada por el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, fue confirmada a Clarín por tres fuentes vinculadas a la industria frigorífica, que esta tarde realizaba intensas gestiones para lograr revertir la drástica medida.
Esta semana, el kilo vivo de novillo (principal indicador de los precios ganaderos) superó en dos ocasiones la barrera psicológica de los 17 pesos. Había arrancado el año a 12,5 pesos y hoy cerró a casi 17,50 pesos. Es decir que aumentó casi 40%. No todo este incremento en los precios mayoristas se trasladó a los consumidores, pero ya se nota un recalentamiento en los mostradores de las carnicerías. La Asociación Consumidores Libres, de Héctor Polino, detectó que en la primera quincena de agosto los dos productos de consumo masivo que más subieron fueron el asado (un 8,39%) y la falda (5,30%).
En este contexto, Costa comunicó a los principales representantes de la industria frigorífica que no se iban a otorgar más ROE Rojo (los permisos de exportación de carne) hasta tanto retrocedieran los precios de la hacienda. A la par, según las fuentes, amenazó con lanzar inspecciones sobre el sector a través de la AFIP y el Senasa. No se trata de una fórmula nueva.
En marzo de 2006, Néstor Kirchner también decidió cerrar por completo los embarques de carne luego de que en Liniers los precios subieran un 8%. Pero en aquel momento las exportaciones representaban más del 20% de la producción total de carne, e incidían realmente en la formación de los precios al mercado doméstico. Ahora, luego de la gran crisis ganadera de 2009 que se originó con este tipo de medidas (y que provocó la desaparición de casi 10 millones de bovinos), el panorama es bien distinto: las exportaciones están en sus mínimos históricos y representan poco más del 5% de la oferta total de carnes.
La ofensiva del Gobierno se produjo justo cuando quien era uno de sus principales aliados en el sector, el sindicalista de la carne, Alberto Fantini, se reuniera hoy con dirigentes de la Mesa de Enlace para analizar la crítica situación del sector por el continuo cierre de frigoríficos y la pérdida de miles de puestos de trabajo. La paradoja es que las plantas que cierran son las que están más vinculadas al negocio de la exportación.