La urea es el elemento final que define el potencial de producción planteado, la producción en nuestro país no alcanza a cubrir una demanda en crecimiento. Solapadamente el mundo atraviesa una crisis energética la cual limita y condiciona las condiciones comerciales del fertilizante.
Para entender es presente de los precios debemos saber de dónde venimos.
El mundo está atravesando un momento de crisis energética debido a proyecciones y previsiones de un invierno más extenso y crudo en el hemisferio norte. La demanda de gas se recalienta de cara a la temporada fría del año y una oferta global insuficiente.
Podemos observar en el grafico la alta correlatividad de precios entre Petróleo, Natural Gas y Urea Granulada, en el cual se observa la suba interrumpida de todos los factores antes nombrados.
Nuestro país consume unos 2 millones de toneladas de Urea, específicamente. Del total se producen a nivel local aproximadamente un 60% del total, el resto en teoría se debería importar. Y con la problemática de restricciones cambiarias no resultaría fácil importar, por lo menos al corto plazo. El otro problema es el rápido arbitraje de precios a nivel global el cual no deja espacio para poder hacer una operación rentable de impo.
Desde mi punto de vista, la provisión de urea para los próximos meses será gradual y dosifica, a precios críticos en las finanzas productivas. Será el próximo desafío de investigar cómo afectará las decisiones de planteo de siembra, tanto a nivel local como a nivel internacional en la campaña 22/23.