Especialistas debatieron junto al sector empresario la agenda económica actual y los desafíos para la gestión pos-Cristina en el Precoloquio Idea Centro que se realizó esta semana en Rosario.
La economía nacional atraviesa un período complicado con un tema de actualidad preponderante como el conflicto entre el gobierno y los holdouts por el pago de la deuda reestructurada, y muchos otros ítems que queman como la lava como la inflación, el tipo de cambio y el déficit fiscal.
Sobrevolando toda la situación, aparece una y otra vez un déficit estructural que condiciona el presente y el futuro cercano de la actividad económica: la restricción externa o, dicho en criollo, la falta de dólares.
Esa es y será, la madre de todas las batallas que tendrá que dar tanto el último kirchnerismo como el próximo gobierno, sea del color que sea, para volver a acomodar los números de la macroeconomía argentina, que sin estar en una crisis profunda, sí parece estar envuelta en "una recesión larga" de final incierto si no hay cambio de rumbo, según opinaron tanto Miguel Kiguel —director ejecutivo de la consultora Econviews y ex secretario de Finanzas— como Dante Sica titular de Abeceb.com y ex secretario de Industria.
Así lo expresaron esta semana en el marco del Precoloquio Idea Centro que se realizó en Rosario, en el cual repasaron las perspectivas de la economía de los próximos meses. "El año que viene arrancará con 6 mil millones de dólares menos por la baja de los precios de la soja y la caída de las exportaciones", vaticinó Kiguel, para quien esa secuencia vendrá acompañada de mayores problemas para importar, caída de las reservas y mas tensión en el tipo de cambio.
Por eso, y si no hay arreglo por la deuda, pronosticó que el año 2015 estará "en un limbo" con deterioro gradual, inflación del 40 por ciento y caída de la actividad de dos puntos anuales. "La restricción externa marcará el paso del año que viene", afirmó por su lado Sica, quien también consideró que cuanto más se tarde en arreglar la deuda, "peor será".
El director de Abeceb.com estimó un dólar a 9,50 a fin de año, reservas en el orden de los 27 mil millones, una caída de la actividad de 2,5 por ciento y una tasa de desempleo del 8,5 por ciento.
"Hay chances de que las suspensiones se conviertan en despidos en el segundo semestre", dijo además respecto a la situación de la industria, puntualmente del sector automotriz.
Deuda, dólar y déficit. El problema de la falta de reservas podría solucionarse con financiamiento externo. Pero los canales seguirán cerrado hasta que no haya acuerdo por el default.
"Estamos en default porque nadie cobró", resumió Kiguel, para quien si bien el día a día no se modificó demasiado el hecho de no arreglar con los holdouts cierra los caminos a los créditos externos.
En esa falta de financiamiento explica la actual recesión que atraviesa la economía argentina. "Hay un estrangulamiento externo que seca la plaza de dólares, achica importaciones, hace bajar la producción y lleva a la recesión".
Para corregir la ecuación, hay dos caminos: volver al crédito, o devaluar. Según el experto es imposible emitir mas billetes por la alta tasa de inflación, lo que ubica al país en "una trampa" de difícil salida.
"Hay que resolver el default, porque si no estaremos ante un deterioro gradual con una tasa de inflación del 40 por ciento y una caída de la actividad de dos puntos por año", explicó, tras lo cual dijo que el ministro Axel Kicillof tenía en claro esto cuando comenzó a arreglar el frente externo a través de los acuerdos con el Ciadi, el Club de Paris y Repsol.
"Sólo faltaba arreglar con los holdouts, pero no pasó lo que esperaban y no había plan B", sintetizó.
Respecto al tipo de cambio, opinó que a la devaluación de enero "se la llevaron puesta los precios", y que las alternativas que existen para corregir eso son volver a devaluar, ir a un régimen de flotación administrada, o no hacer nada.
"Todas son malas opciones pero hay que elegir una", argumentó.
Sica, por su lado, dijo que para el 90 por ciento de los economistas argentinos la inflación es un fenómeno monetario. "El otro 10 por ciento está en el Ministerio de Economía", azuzó.
Además consideró que tras la devaluación de enero el gobierno perdió cinco meses durante los cuales si bien logró estabilizar las reservas, lo hizo a costa de la actividad.
"La actividad dependerá de la disponibilidad de dólares, y aunque el gobierno quiera incentivar el consumo lo que no habrá es oferta ante la falta de divisas para importar".