El fondeo no sólo se frena. Desde julio los plazos de los depósitos de individuos caen de 45 a 37 días. No es así para los mayoristas: el flujo se mantiene por falta de alternativas
Conforme se recalienta el dólar y las tasa de interés se atrasa, los minoristas no sólo no aumentan sus depósitos a plazo fijo sino que acortan los plazos. Según coincidieron las entidades consultadas, los plazos fijos de las personas se acortaron unos 7 días en promedio en los últimos dos meses, ya que los individuos prefieren tener el dinero a mano ante la posibilidad de que los sorprenda una devaluación o suba la tasa de interés.En tanto, los institucionales siguen privilegiando el corto plazo, unos 32 días.
Además, por la fuerte liquidez con la que cuentan los bancos no necesitan pagar mayores tasas por los plazos largos. Al achatar la curva de tasas a lo largo del tiempo, los minoristas tampoco tienen incentivos para quedarse más allá de los 38 días.
“Es razonable en contextos de incertidumbre. Cuando hay expectativa de devaluación y de posible suba de tasas, el inversor prefiere acortarse esperando poder captar tasas mayores más adelante y estar líquido”, explicaron en un banco internacional.
Las entidades coincidieron en que no hay corrida de depósitos sino sólo un recorte de plazos: “No hay dónde poner la plata”.
La caída de los plazos de los minoristas de 45 a 38 o 37 días se viene dando desde julio pasado, a la par de la baja de dos puntos en la Badlar y una suba del 17% en el dólar paralelo.
“Los depósitos de los minoristas no crecen desde el default de fines de julio”, agregaron en la entidad internacional. No se están renovando ni siquiera los intereses. “El minorista está muy chato y las cajas de ahorro disminuyen. No hay salida, pero es difícil que crezcan”, explicaron.
Además, los bancos no necesitan pagar tasas atractivas por depósitos plazos largos al contar con un exceso de liquidez y poca demanda de créditos donde colocarlos.
Al mayorista le pagan un 21% a 30 días; a un año, 25 a 26%. En tanto, al minorista se le paga un 19% a un mes y a un año, 23%.
“A largo plazo te ofrecen tasa pero flat. No hay estímulo porque los bancos esperan que la tasa baje más. Por las corporativas que no pueden pagar importaciones, por ejemplo, sobran pesos así que la tasa no va a subir. Las restricciones implican que te quedes con pesos, entonces habrá liquidez abundante”, explicaron en otro banco extranjero.
En tanto, este nivel de Badlar también es beneficioso para los bancos, porque tomando al 20% y corrigiendo el costo por encaje e ingresos brutos a 22%, colocando a la Lebac obtienen un 27%.
En los depósitos de institucionales no hay cambios -siguen a muy corto plazo, a unos 32, 33 días- porque trabajan con promedios.
A principios de año, después de que el BCRA subiera todas las tasas, hubo inversores corporativos e institucionales que aprovecharon la suba para colocar hasta seis meses. Esos depósitos fueron venciendo, y en el nivel de tasas actuales, prefieren no anclarse en el largo plazo y renuevan al corto.
Las colocaciones de los institucionales son a corto plazo pero están garantizadas, aunque pierdan contra la inflación, mientras no puedan comprar inmuebles, falten activos en la plaza local y sea imposible invertir en el exterior.
El institucional no tiene opciones y está más controlado. Según coincidieron, tiene buenos niveles de crecimiento, con tasas de crecimiento arriba de 45% anual. Pero en un contexto de inflación creciente, caen las cuentas a la vista. Los mayoristas aceleran la colocación de plazos fijos y desaceleran el crecimiento en cuenta corriente para ir a fondos comunes de inversión.
El recorte de 7 días en los plazos no genera problemas de descalce de plazos respecto de los préstamos otorgados no se dan créditos por encima de los dos años y medio.
“El descalce para los bancos no es muy relevante. Como no se dan préstamos de muy largo plazo, no afecta significativamente el descalce de plazos”, explicaron. “Me preocuparía si del otro lado viera que la vida promedio de los préstamos se alarga”, agregaron en el banco internacional.
Hoy los préstamos a largo plazo son prácticamente los de la línea de inversión productiva que el gobierno obliga a las entidades a otorgar a tasa subsidiada. Esa línea se financia con emisiones de obligaciones negociables atadas a la Badlar más un spread en el mercado de capitales (donde se prevé una baja de tasas) y la masa de depósitos estable.