Esta semana tuvimos el reporte de oferta y demanda mundial del USDA, pero no trajo cambios significativos, confirmando que los stocks quedarán más altos de lo que se esperaba a mediados de 2021, pero todavía por debajo de los niveles promedio históricos. En trigo en tanto siguen muy ajustados.
Pero localmente la necesidad de los compradores de originar maíz y soja a precio generaron una mejor performance que el mercado mundial. Esto es razonable, teniendo presente que estamos en la época del año de menor oferta para el mercado. Esos precios altos del disponible, amplían el diferencial contra las posiciones de cosecha nueva (inversos), e incentivan vender disponible y recomprar futuro. Esto a su vez mejora los precios para el 2022.
Entrando en terreno de recomendaciones, los precios de cosecha vieja están en un punto muy elevado, aunque la necesidad de los compradores, y la reticencia de los productores, puede generar algo más. Sin embargo, en algún punto esto se cortará, y será de un momento al otro. Por ello no hay que dejar pasar las oportunidades. Por otro lado esta situación es una clara oportunidad para ir tomando precios de la próxima cosecha, ya que las relaciones de stocks/consumo que tenemos a la vista no justifican estos niveles de precio. Cierto es que el año es muy largo, y podemos tener sorpresas, por eso hay que ser prudentes con los porcentajes de venta, y con tomar posiciones con flexibilidad: sumar CALL a las ventas parece la mejor opción.