Lo decidió esta tarde tras escuchar a los abogados de los holdouts y los del país, que de esta manera quedó en una situación que casi no tiene antecedentes. La decisión sobre la sanción pecuniaria que pidieron los buitres la tomará “más adelante”.
La Argentina acaba de quedar en una situación casi inédita a nivel mundial: el juez de Nueva York Thomas Griesa la declaró en “desacato” por la negativa del país a pagarles a los fondos buitre lo que la Justicia norteamericana les concedió por los bonos defaulteados en 2001 que aún mantienen en su poder.
En la audiencia de esta tarde, y tras escuchar tanto a los abogados de los holdouts como a los del estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton que representan a la Argentina, el juez decidió hacer lugar al pedido de los fondos buitre de declarar al país en rebeldía –algo que había evitado hacer en por lo menos dos oportunidades-, aunque dejó en suspenso la decisión en cuanto a la multa de u$s 50.000 diarios que reclamaban los litigantes.
Al convocar a la audiencia, el juez le había pidió a la Argentina que explicara específicamente por qué no debería declararla en desacato (o rebeldía) por no cumplir con su fallo –ratificado en segunda instancia y que quedó firme luego de que la Corte Suprema de Estados Unidos rechazara tratar el caso- a favor del reclamo de los fondos buitre.
A esa decisión original, se suma la ley para el canje voluntario de jurisdicción de pago de los bonos del canje que ya está aprobada y promulgada y en el marco de la cuál el Gobierno se alistaba a hacer local el depósito para el vencimiento de los bonos par de mañana, con lo cual evitaría un nuevo bloqueo de Griesa como el que llevó al “default selectivo” (del que el Gobierno reniega) de los títulos vencidos a fin de junio, aún cuando no esté del todo claro cómo se efectivizarán las transferencias a los bonistas.
El juez consideró hoy que la Argentina dio pasos específicos contrarios a su fallo.
Poco antes de que empezara la reunión en el juzgado de Griesa, el canciller Héctor Timerman había hecho pública una carta que la embajadora argentina en Washington, Cecilia Nahón, le envió al secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
La misiva señalaba al gobierno estadounidense, en tono de advertencia, sobre la violación del derecho internacional en la que supuestamente incurriría Estados Unidos si Griesa declaraba a la Argentina en rebeldía, como efectivamente ocurrió.
La figura jurídica de desobediencia tiene pocos antecedentes a nivel mundial para el caso de un soberano y abre un camino con consecuencias al momento desconocidas.
En el penúltimo capítulo de la saga, el viernes, el juez les había hecho un guiño al Citibank y a la Argentina, al permitir a ese banco pagar el próximo vencimiento de bonos bajo ley argentina.