Mantendrá su accionar para sostener las cotizaciones. Este martes habrá una licitación clave de la Secretaría de Finanzas. Y el jueves el directorio del Central definirá en cuánto fija el tipo de interés.
El Gobierno pone en juego toda su artillería para intentar contener el embate que recibieron los bonos en pesos con el objetivo de sostener la capacidad de financiamiento del Tesoro en el mercado local y evitar que las presiones sobre el dólar sigan incrementándose. El Banco Central actuó con fuerza durante el cierre de la semana pasada: en sólo dos jornadas compró títulos CER por unos $150.000 millones para marcarle un piso a la cotización, según supo Ámbito. La decisión es mantener una fuerte intervención en los próximos días. El jueves, el directorio del BCRA definirá una nueva suba de tasas.
La preocupación por contener la corrida contra la deuda en pesos llegó al propio Presidente. Desde Estados Unidos, donde participó de la Cumbre de las Américas, monitoreó la situación vía WhatsApp. La definición fue intervenir con fuerza. Primero, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses puso su acotada liquidez a disposición. Y luego, el Central realizó una compra masiva de títulos: adquirió $90.000 millones el jueves y otros $60.000 millones el viernes. Este lunes volvió comprar y el total podría haberse acercado a los $200.000 millones.
El desarme de los títulos soberanos en pesos se inició la semana pasada y disparó los rendimientos de los bonos y las letras indexadas a la inflación por encima del 10% real. Esto complicó la estrategia de financiamiento del Gobierno (acordada con el FMI) y despertó a los dólares financieros, que ya acumulan un alza de 13% en lo que va del mes luego de permanecer en relativa calma desde fines de enero. Es que una parte de los pesos rescatados de los fondos comunes de inversión que invierten en estos y otros títulos públicos fue a demandar contado con liquidación y dólar MEP, aunque otra parte migró a plazos fijos UVA.
En distintos despachos oficiales coincidían en señalar a las versiones de reperfilamiento alentadas por algunos economistas de Juntos por el Cambio en encuentros con inversores (luego desmentidas por exfuncionarios) como uno de los factores que activó el desarme de posiciones en los títulos CER, que hasta acá habían representado la principal fuente de fondeo del Tesoro. Como parte de los debates en el equipo económico, algunos funcionarios consideraban que otro de los factores fue que estos títulos llegaron a cotizar a tasas reales negativas cercanas al 10%.
La deuda en pesos es clave para gobierno actual y, por eso, Martín Guzmán reafirmó por estos días que “jamás” la defaultearía, en alusión al inédito reperfilamiento realizado por la gestión de Mauricio Macri en 2019. Es que, entre otras cosas, es la vía principal que prevé el programa económico para cumplir con la meta acordada con el Fondo de reducir la emisión monetaria al 1% del PBI durante este año.
“Ahora no nos vamos a correr del mercado”, comentaron fuentes del equipo económico, en relación a que el Gobierno planea sostener la intervención para encarrilar las cotizaciones y los rendimientos. ¿Hasta dónde intentarán llevar la curva CER? No está claro aún. El nivel actual no es sostenible para que el Tesoro pueda financiarse, pero las fuentes consultadas coincidían en que la tasa de la deuda indexada debería quedar con signo positivo en términos reales.
Una primera muestra de cuánto impactó este cimbronazo se verá este martes en la primera licitación de junio que realizará la Secretaría de Finanzas, que acapara la atención del mercado. Con escasos vencimientos esta semana, será una colocación pequeña (saldrá a buscar $14.000 millones ampliables). Pero Economía intentará hacerse de parte de los pesos que quedaron dando vueltas tras el desarme CER con un ojo puesto en la segunda licitación del mes, en la que enfrentará compromisos por unos $500.000 millones.
Por lo pronto, habrá una reducción de los plazos de emisión: el equipo de Martín Guzmán ofrece en esta oportunidad letras a tasa fija con dos meses de duración y letras indexadas a cuatro meses de plazo. El foco de atención estará en los rendimientos que convalide Finanzas, pero se descuenta que habrá una suba respecto de las operaciones previas.
El siguiente paso llegará el jueves. Ese día el directorio del BCRA definirá una nueva suba de tasas como una señal de reacción a los últimos movimientos del mercado, según supo este diario. En lo que va del año, la tasa de las Leliq a 28 días, la referencia para todo el sistema financiero, subió en cinco oportunidades: pasó del 38% nominal anual al actual 49%, que en términos efectivos representa rendimiento del 61,77%. El acuerdo con el FMI plantea el compromiso de avanzar hacia tasas reales positivas.
El nuevo nivel se definirá, por un lado, en función del dato de inflación de mayo que el Indec informará el martes (se espera que marque en torno al 5%) y, por otro, en base a lo que suceda con la licitación de Finanzas. Es que el Central y Economía calibran los movimientos para que siempre la tasa que ofrece el Tesoro sea superior a la de política monetaria, con el objetivo de estimular a bancos y otros inversores a financiar al fisco. Pesce, de hecho, venía pugnando por un incremento algo mayor de los rendimientos de la deuda pública, mientras que Guzmán procuraba alzas más acotadas.