La salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía y la asunción de Silvina Batakis en su reemplazo desató una fuerte ola de volatilidad en los mercados ante la incertidumbre de expectativas sobre la nueva gestión. En ese marco, uno de los principales ítems económicos que tomó protagonismo en las últimas horas es cómo será la política cambiaria en la era de Batakis a la cabeza del Palacio de Hacienda.
Tras su asunción, la nueva ministra declaró “sentirse cómoda” con el tipo de cambio oficial. Sin embargo, en el mercado aumentaron las expectativas de una devaluación brusca. Esto se vio reflejado en la disparada de las cotizaciones de los dólares financieros y el aumento de las operaciones en el mercado de dólar futuro.
En lo que va de 2022, el Banco Central mantuvo un régimen cambiario de depreciación gradual. El ritmo de devaluación pasó de 2,2% en enero, a 2,3% en febrero, a 3,3% en marzo y a 4% en abril. Luego, tanto en mayo como en junio, se sostuvo en el 4,2%. En todos los meses, el crawling peg oficial corrió por detrás del índice de precios al consumidor.
En consecuencia, la aceleración inflacionaria de los últimos meses, sumado a un contexto global de fortalecimiento de la moneda estadounidense, dado que el índice dólar se encuentra en valores máximos de 20 años (107 puntos al cierre de esta nota), incrementaron la pérdida de competitividad respecto del nivel acordado con el FMI. El Gobierno se comprometió con el organismo a sostener el índice de Tipo de Cambio Real Multilateral en 102,5 puntos, como estaba en diciembre de 2021. Sin embargo, comenzó julio en 93,8 puntos.
Desde Ecolatina, señalaron: “El tipo de cambio real cedió, el multilateral se apreció casi 1% en junio. Jugó particularmente en contra la depreciación (punta a punta) de casi 10% del Real durante junio (aunque solo 1,5% promedio mensual), una performance lógica dado el turbulento contexto internacional. De este modo, en el primer semestre el tipo de cambio real se aprecia un 7%”.
En este sentido, tras las turbulentas jornadas financieras que atravesó el mercado luego de la dimisión de Guzmán, las declaraciones de Batakis sobre la política cambiaria no lograron calmar las expectativas de los inversores sobre una devaluación más brusca en los próximos meses. Así se vio reflejado en el aumento del monto operado en el mercado de dólar futuro y las ventas millonarias de contratos de futuros que realizó el Banco Central en los últimos tres días, que los analistas estiman entre u$s1.500 millones y u$s2.000 millones.
Tomás Ruiz Palacios, estrategia en Consultatio, señaló que “el Banco Central actúa en la curva de Rofex para tratar de influir en las expectativas de mercado, ya que tanto importadores como exportadores actúan en base a esas expectativas”. Y agregó: “Si se espera una devaluación fuerte, los importadores tratan de adelantar importaciones, mientras que los exportadores van a tratar de atrasar sus exportaciones. En el mercado de Rofex, el BCRA es el principal operador en la venta del dólar futuro, por lo que, en momentos de volatilidad del mercado, suele salir a hacer la contra parte de los que buscan cobertura cambiaria”.
Con respecto a las expectativas de devaluación, Ruiz Palacios aseguró que “aumentaron mucho”. “Si uno hace el ejercicio de ver qué espera Rofex, está 15 puntos porcentuales por encima de las estimaciones del REM. A partir de esto, si comparamos el contrato de Rofex de diciembre versus el relevamiento de expectativas de mercado, te da que Rofex está esperando un 15% por encima de las expectativas del REM. Espera un salto discreto del 15%. Además, si observamos las expectativas, el 22 de junio estaban en un dólar de $168, el lunes 4 de julio llegó a tocar los $191 a nivel intradiario, que luego con las intervenciones del Central bajó a $182,5, y así se mantuvo hasta ayer”, sentenció.