La delicada situación financiera y económica del país repercute en las decisiones de los productores, pero también la falta de combustible y la última protesta de transportistas autoconvocados fue una limitante para el negocio.
En un contexto económico y financiero muy complejo, se encendieron las alertas por una merma en el ritmo de comercialización de la última cosecha de soja. Se trata del complejo más importante al momento de aportar dólares al país. Según expresaron desde el sector exportador, es el nivel más bajo de ventas de los últimos 20 años y donde restan por vender unas 29 millones de toneladas.
El presidente del Centro de Exportadores de Cereales y de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras, dijo que “hay una situación bastante preocupante en el término del ritmo de venta de soja. Estamos en uno de los ritmos más bajos de los últimos 20 años y hasta menor al 2008 cuando fue la crisis de la 125″. Y atribuyó la problemática al faltante de gasoil, el cual comenzó hace 4 meses atrás y que se pudo resolver en febrero pasado cuando el sector propuso como solución incrementar el corte de biodiésel. Ahora hay retrasos de cosecha y el mes pasado hubo unas 600.000 mil toneladas de granos no ingresaron a los lugares de comercialización.
A todo esto se sumó la medida de fuerza que semanas atrás realizaron los transportistas autoconvocados por el faltante de gasoil y el pedido de una actualización de las tarifas de flete de granos. Una acción gremial que incluyó cortes de rutas y bloqueo a los ingresos de los principales puertos exportadores del país, especialmente los que están ubicados en la zona del Gran Rosario.
“Nadie sabe cuánto va a valer el dólar y a que precio van a pagar los insumos los productores cuando tengan que vender soja para comprar sus insumos para la próxima siembra” (Idígoras)
Otro de los motivos del retraso de las ventas de soja, de acuerdo a la opinión del presidente de Ciara-CEC en declaraciones a Radio Mitre, es que “nadie sabe cuánto va a valer el dólar y a que precio van a pagar los insumos los productores cuando tengan que vender soja para comprar sus insumos para la próxima siembra, y por lo tanto el ritmo de venta de los productores a los exportadores está muy reducido. Al día de hoy tendrían que haber entrado más de 4.500 camiones y entraron solamente 2.500, y la mayoría de maíz, cuando el mayor flujo debería ser de soja. Eso el Gobierno lo viene monitoreando y nos están pidiendo informes de situación”.
Además Idígoras comentó que desde el Gobierno se está monitoreando la situación y analizando diferentes opciones, aunque aclaró que no existe una negociación con el sector exportador. “Solamente nos reclaman información sobre cómo viene el ritmo de ventas y qué proyectamos. Necesitamos estabilidad de política macroeconómica y cambiaria. Como el Gobierno puede tener dificultades para garantizar eso, tendría que buscar algún tipo de estímulo o incentivos para que el productor vea condiciones para vender. Hoy hay un alto nivel de retenciones del 33% en la soja, que claramente lleva a que el dólar que hoy recibe el productor es de 70 pesos en relación al dólar oficial”, agregó.
En ese sentido, el presidente de Ciara-CEC planteó como una salida a la situación actual, una baja de retenciones por un tiempo determinado. “Si bien podría tener un sacrificio fiscal, pero si la urgencia del Gobierno está vinculada al ingreso de divisas, la baja de retenciones podría ir por encima de una expectativa devaluatoria. Eso posicionaría al productor en una situación de conveniencia para tener luego una capacidad de compra de insumos. Otras opciones podrían ser bonos fiscales para la compra de insumos o para luego descontar de ganancias”, expresó.
Al ser consultado sobre la cantidad de toneladas de soja que hoy están en poder de los productores, Idígoras precisó que hay entre 28 y 29 millones de toneladas, que a precio de exportación representan unos USD 14.000 millones de dólares aproximadamente. “Acá hay también una mala noticia, es desde hace unos días atrás los precios de la soja, el maíz y el trigo han vuelvo a los niveles de pre guerra. Es decir que ya no hay ningún efecto benéfico que había por el dicho conflicto”, concluyó.
Datos y opinión
Analistas de FyO, en base a datos del ministerio de Agricultura y con una producción de soja de la campaña 2021/2022 que alcanzó los 43,3 millones de toneladas, señalaron que hasta el 6 de julio se vendieron unas 20 millones de toneladas, de las cuales 2,1 millones de toneladas correspondió a la exportación y 17,1 al sector industrial. El nivel de compras significó el 46,1% de la producción total, cuando a la misma fecha del año pasado se habían vendido unas 24,5 millones de toneladas y es una cifra que representó el 56,8% de la cosecha 2020/2021.
Además, la soja vendida que ya tiene precio alcanzó las 11,94 millones de toneladas, y la que tiene todavía que definir precios son unas 8,02 millones de toneladas. Y a todo esto, de acuerdo a la información oficial, restan comercializar de la actual campaña de la oleaginosa 23,3 millones de toneladas. Por otro lado, desde FyO precisaron que el promedio de comercialización de los últimos 5 años las compras totales representaron el 54,7% de la producción y las compras a precio el 37,2%.
Desde FyO señalaron que si bien en esta campaña el precio acompañó al productor, la incertidumbre política y económica y el impacto de la brecha cambiaria fueron determinantes para los productores al momento de tomas decisiones, tomando a la soja como un resguardo de valor. En ese sentido, se desprenden primero de los cereales para luego enfrentar los gastos de la próxima campaña.
Salvador Di Stefano, analista de negocios, dijo en su último informe que “recomendábamos ventas cuando el dólar estaba a precio de ganga y los precios de la soja y maíz habían subido bastante en pesos, hoy el escenario cambió y el negocio lo miramos desde otro lugar. Como los balances se ajustan por inflación, la soja y el maíz subieron en lo que va del año, 29% y 28%, esto implica que aumentaron menos que los costos ajustados por inflación. Hay que revisar cada caso en particular, pero esto no debería estar dando a pagar menos impuesto a las ganancias que años anteriores”.
Y en relación a aquellos productores que tienen en su poder soja de otra campaña, el especialista señaló que no les conviene vender. “Esa soja se ajustará por una inflación del 90%, y cuando se compare ese valor con el precio del mercado (si la soja sigue entorno de estos valores) el productor tendrá resultado por tenencia negativo y pagará poco de Impuesto a las Ganancias. Entonces, el que no vendió soja y maíz cuando lo recomendábamos, hoy es mejor que la guarde y no venda, ya que el dólar aumentó demasiado, no puede comprar maquinarias porque no hay en stock, y el año próximo podría tomar venganza con el Estado pagando menos impuestos”, destacó.