Sin señales claras del Gobierno sobre cómo se resolverá la crisis cambiaria, los analistas esperan que continúe la postergación de la venta de granos ante el efecto negativo de la brecha con el tipo de cambio oficial.
El momento de tensión por el que atraviesa el mercado cambiario de la Argentina, sigue afectando la toma de decisiones de los productores en tiempos de comercializar la cosecha. Esta semana el sector exportador advirtió que las ventas de soja son las más bajas de los últimos 20 años, con un elevado impacto del 33% de retenciones a las exportaciones de la oleaginosa y de la brecha cambiaria.
Tanto para los exportadores y los corredores de granos, el mercado “está planchado” y se complica cada día más realizar operaciones de compra y venta de granos. A los problemas económicos y financieros del país, se sumó también el faltante de gasoil y la medida de fuerza que organizaron los transportistas autoconvocados, que impactaron en la comercialización. A todo esto, desde FyO señalaron que si bien en esta campaña el precio acompañó al productor, la incertidumbre política y económica y el impacto de la brecha cambiaria fueron determinantes para los productores al momento de tomar decisiones, tomando a la soja como un resguardo de valor.
En relación al mercado de soja, teniendo en cuenta una producción total en la última campaña de 43,3 millones de toneladas, restan comercializar por parte de los productores entre 28 y 29 millones de toneladas, que a precio de exportación representan unos USD 14.000 millones de dólares aproximadamente. “Nadie sabe cuánto va a valer el dólar y a que precio van a pagar los insumos los productores cuando tengan que vender soja para comprar sus insumos para la próxima siembra, y por lo tanto el ritmo de venta de los productores a los exportadores está muy reducido”, dijo esta semana el presidente del Centro de Exportadores de Cereales y de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras.
El empresario planteó, como una salida a la situación actual, una baja de retenciones por un tiempo determinado. “Podría tener un sacrificio fiscal, pero si la urgencia del Gobierno está vinculada al ingreso de divisas, la baja de retenciones podría ir por encima de una expectativa devaluatoria. Eso posicionaría al productor en una situación de conveniencia para tener luego una capacidad de compra de insumos. Otras opciones podrían ser bonos fiscales para la compra de insumos o para luego descontar de Ganancias”, expresó.
Según expresaron fuentes del sector exportador a este medio, “hasta el momento no hubo y tampoco habrá negociaciones con el Gobierno”, y también transmitieron su preocupación por el “silencio” de las autoridades sobre cómo se va a solucionar la actual problemática. Si bien hubo contactos informales entre las partes en las últimas horas, la propuesta de Gustavo Idígoras no habría tenido eco en el Poder Ejecutivo. De hecho, el pasado martes cuando participó de la llegada del primer animal a la Rural de Palermo, el Secretario de Agricultura, Matías Lestani, aseguró el ministerio de Economía y el Banco Central son los encargados de tomar decisiones ante la propuesta de los exportadores.
Más repercusiones
“Podríamos decir que el mercado está paralizado”, aseguró a este medio el corredor de granos y presidente de la Cámara Arbitral de Cereales, Javier Buján. Además, dijo: “Desde sectores del Gobierno dicen que el exportador no liquida, y eso es lógico: en la medida que no pueda comprar no liquidará dólares para quedarse en pesos. La confianza no existe”.
Buján también precisó que lo mismo sucede del lado de la oferta, donde nadie cambiará granos por pesos, salvo que el productor tenga que cumplir con compromisos asumidos con anterioridad. “Y la prueba está en lo que sucedió con el mercado, el productor no vendió con soja de USD 450 la tonelada que hoy está en USD 380, maíz antes en USD 280/300 y hoy a USD 230 y trigo de USD 350 y hoy USD 300. Hoy la brecha entre el resultado de venta si quiere tener dólares en el bolsillo alcanza el 135,5%. Es decir no vendió con precios superiores a los actuales, ya que no hay incentivo”, agregó.
Por último, proyectó que si la situación cambiaria de la Argentina no presente cambios, “la oferta será mínima. Si no van ajustar el tipo de cambio oficial podrían por ejemplo bajar la retención a la soja. Me van a decir pero cae la recaudación por retenciones, si es verdad, Pero si esto produce una oferta fuerte, esto traería también una fuerte liquidación de divisas, que es parte del problema que tienen”.