• Empresarios lo sugirieron en los últimos días en las reuniones con el BCRA; Vanoli prometió estudiar la medida
La idea emerge cada vez que las economías regionales atraviesan momentos críticos en la cadena de pagos. Y por esta razón reapareció también, en los últimos días, en las reuniones que mantuvieron los empresarios pyme con el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli. La propuesta es reeditar el viejo sistema de cajas de crédito que tenía la Argentina en la década del 60, que les permitía a las empresas nacionales acceder a dinero en efectivo sin afrontar los altos costos bancarios, por más pequeñas que fueran y desde los lugares más recónditos del interior. "Se lo comentamos a Alejandro y lo miró con buenos ojos", confirmó a este diario el presidente de CAME, Osvaldo Cornide, que visitó la entidad junto con otros directivos durante la última semana.
El nuevo jefe del organismo prometió estudiar la medida y coincidió con los empresarios de la pequeña industria en que montar una red de cajas de crédito puede ser una buena iniciativa para apuntalar el financiamiento que para las compañías más chicas resulta hoy demasiado costoso, en un momento en que se multiplican sus quejas porque, según denuncian, los bancos privados no cumplen con la línea de inversión productiva que los obliga a prestar a tasas de interés del 19,5% anual.
El antiguo sistema de financiación que proponen ahora ya está amparado por una ley, la 26.173, que fue aprobada en 2006 y debería funcionar con una regulación similar a la que hoy pesa sobre los bancos. Consiste en constituir empresas privadas en el interior del país que capten fondeo con aportes locales y que ofrezcan a los clientes de su zona de influencia los mismos servicios que una entidad financiera, pero a menor costo: abrir cajas de ahorro, dar adelantos en cuenta corriente, descontar cheques, otorgar préstamos personales y emitir tarjetas de crédito, entre otras cosas, con un máximo de cinco sucursales. En las pymes recuerdan con nostalgia los beneficios de este sistema de crédito, que hasta principios de los años 70 llegó a contar en la Argentina con 990 cajas cooperativas y alcanzó a concentrar casi el 10% de los depósitos privados del sistema financiero.
Vanoli cree que esta red podría facilitar la penetración del financiamiento y apuntalar a las compañías que están más necesitadas de liquidez, ante los problemas de competitividad que se observan en las economías regionales desde que se fijó el cepo cambiario, pero que deben recorrer decenas de kilómetros para llegar a una sucursal bancaria o no pueden afrontar los costos financieros que les imponen los bancos comerciales.
Las tasas de interés que cobrarían las cajas por sus créditos serían notablemente más bajas que las que ofrece hoy el sistema financiero, dado que se trata de empresas privadas cooperativas sin fines de lucro que pertenecen a sus asociados y que buscan abastecer a sus propios dueños con estas líneas de financiación.
El mejor ejemplo que muestran los empresarios en este sentido es la experiencia internacional: hoy mismo en la Unión Europea hay cerca de 5.000 cajas de crédito con casi 50 millones de asociados. En la Argentina ya se intentó recrear el sistema durante los últimos años, con recorridas que hicieron personalmente algunos funcionarios del Banco Central junto con las pymes por distintos puntos del país. "Se trató de concientizar a los empresarios locales, en diversas reuniones, para conformar las cooperativas y poder atender sus necesidades de crédito", contó ayer el titular de CGERA, Marcelo Fernández.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=765164