El ministro de Economía, Sergio Massa, que estará de gira esta semana por Estados Unidos, deberá llevar certezas a organismos y potenciales inversores sobre los números del año próximo en un contexto electoral.
Si bien todo indica que la Argentina se encaminará en la segunda mitad del año a cumplir su programa de financiamiento en moneda local, despejados los temores sobre un reperfilamiento de deuda, en solo cuatro meses el Gobierno estará de nuevo ante problemas de acumulación de vencimientos que tuvo este año, pero ahora incrementados.
Antes de que concluya 2022, casi con seguridad, el Ministerio de Economía volverá a emplear el mecanismo de canje de bonos para “patear” compromisos por algunos meses. Entre noviembre y diciembre tendría que conseguir pesos para atender compromisos por $1,9 billones y, sobre ello, debería captar un neto para cubrir el déficit primario.
En ese contexto, a partir de enero de 2023 tendrá que salir a buscar todos los meses en promedio $1 billón hasta septiembre. Para ese momento, cuando la campaña presidencial ya esté lanzada, el contexto político jugará un papel crucial.
Nada de esto escapa a los potenciales inversores, tanto los locales como los internacionales, a quienes verá a lo largo de esta semana el ministro de Economía, Sergio Massa, que iniciará una gira por Washington para hablar con funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y por Houston, donde tendrá cita con empresarios del sector energético.
Massa tiene que dar certezas a sus interlocutores de que podrá sostener ese programa de vencimientos, o bien porque consigue los pesos en el mercado o porque habilite operaciones de canje para tirar parte de esos compromisos para 2024. Es lo que analistas de mercado definieron como “efecto pared”.
Según un detalle publicado por la consultora Equilibra, en enero de 2023 los compromisos ascienden a $1 billón; en febrero, a $775.000 millones; en marzo, a $1,8 billones; en abril, a $1,18 billones; en mayo, a $773.000 millones; en junio, a $1,1 billones; en julio, a $1,8 billones; en agosto, a $1,9 billones; y en septiembre, a $1,35 billones.
Equilibra señala que los vencimientos en lo que resta de 2022 “totalizan $1,9 billones concentrados en el último bimestre”. “De ese total unos $700.000 millones estarían concentrados en manos privadas”, agrega el reporte. La consultora considera que durante septiembre y octubre el gobierno va a poder conseguir el neto para cubrir los vencimientos de noviembre y diciembre.
Pero el reporte privado advierte que “los problemas podrían retornar» porque «el año próximo cuenta con siete meses en los que hay vencimientos programados de más de $1 billón”, lo que va a seguir poniendo presión sobre la tasa y alimentando la idea de alguna reprogramación en la medida que los nuevos compromisos vayan quedando para el siguiente período presidencial.
De acuerdo con el compromiso firmado por el exministro de Economía, Martín Guzmán, con el FMI, el financiamiento monetario del déficit fiscal del año próximo se reducirá al 0,6% del PBI. En 2023, el rojo de caja de las cuentas públicas tendrá que reducirse al 1,9% del PBI, por lo que Massa tendrá que conseguir financiamiento en pesos por 1,3 puntos, en un contexto de crecimiento del PBI del orden del 3% anual y una inflación similar a la de este año.
Por eso, los mercados aguardan con expectativa la presentación del anticipo del proyecto de Presupuesto 2023 que tendrá que llegar a la Cámara de Diputados este 15 de septiembre, como se hace todos los años. De allí surgirán las primeras señales sobre el programa económico, ahora con Gabriel Rubinstein en la secretaría de Programación. El funcionario rechazó hace apenas una semana una “devaluación inminente”, pero analistas consideran que el equipo económico espera ordenar algo las variables macroeconómicas para luego avanzar en una modificación del tipo de cambio en un entorno más ordenado.