"Es insólito que el Banco Nación tome una medida de esta característica, siendo un banco de fomento agrícola del Estado argentino", se queja Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap). Se refiere a la circular que envió anteayer la entidad, donde comunica a los clientes agropecuarios que solamente podrán acceder a las financiaciones ofrecidas por el banco (límites a sola firma incluyendo tarjetas Agronación, descuento de cheques de pago diferido y descubierto en cuentas corrientes), aquellos productores sojeros que demuestren no contar con existencia de granos de soja.
Por tal motivo, al momento de solicitar asistencia financiera deberán presentar copia del acuse de recibo para existencias informadas al 31 de agosto pasado (resolución 2750 de AFIP, en cumplimiento del régimen informativo de capacidad productiva y de existencia de granos para la campaña 2013-2014). En caso de ventas producidas entre el 31 de agosto y el momento de solicitar el préstamo, el usuario deberá acreditar tal situación con las facturas respaldatorias correspondientes.
"Sin comentarios", fue la respuesta del asesor de Prensa del BNA, ante la consulta de El Cronista.
Salaverri advierte que muchos productores usan a la soja como moneda de cambio, de canje por insumos, como fertilizantes, semillas o combustible, por ejemplo: "Es preocupante que se le ponga trabas a un sector dinámico generador de divisas. Nosotros no buscamos una devaluación, sino una disminución en las retenciones, ya que la mayoría de los insumos (incluso el gasoil) están dolarizados, por lo cual un corrimiento de la paridad cambiaria nos significaría un incremento en el precio a pagar por los insumos". Desde Carbap y desde Confederaciones Rurales Argentinas pidieron una audiencia con Juan Ignacio Forlón, presidente de la entidad (y amigo personal de Máximo Kirchner), para tratar este tema, pero nunca contestó los llamados.
El tema no es nuevo sino que hace más de un mes que se transmite de manera informal, a través de los gerentes de las sucursales del interior. Ahora es la primera vez que se comunica por escrito que al que retenga la soja le recortarán la línea de financiación.
Para Alejandro Banzas, economista jefe de Reporte Económico, esta medida atenta contra el mediano y pequeño productor, lo que lo obligaría a no poder stockearse en granos en silobolsa y venderlo a los grandes pulpos cerealeros, que tienen más espalda para aguantar y presionar sobre el tipo de cambio no liquidando: "Utilizar a la banca pública para esto es como mínimo irracional y traerá beneficios para la banca privada, que compite fuertemente para atender a este sector".
"Claramente, el BNA se está solidarizando con la política económica. Es llamativo que, para no sufrir algún tipo de racionamiento de crédito, los productores deban demostrar que no poseen existencias de granos sin liquidar. En todo caso, esta función debería ser coordinada por algún otro órgano de contralor del Estado. El Nación, de este modo, parece estar trabajando en equipo con el Banco Central para garantizar las liquidaciones de divisas comprometidas", sostiene Gustavo Perilli, socio de AMF Economía.
Para Belisario Alvarez de Toledo, economista de J&B Analytics, incentivar el adelanto de la cosecha es neutral en términos de divisas, dado que los futuros de la soja cotizan a un valor similar al spot: "Los productores retienen soja por el riesgo cambiario y el Gobierno sería más efectivo reduciendo la incertidumbre sobre esta variable que presionando sobre la disponibilidad crediticia de los productores, que pega sobre las pymes".
En el Banco Provincia dijeron que "la gerencia que atiende a este sector en el banco tiene una política muy agresiva. Venimos creciendo desde hace ya mucho tiempo casi el doble del sistema en colocación de créditos, siendo este sector uno de los más importantes en este crecimiento. Independientemente de las medidas que tomen otras instituciones, la decisión política de asistir fuertemente al sector se mantiene".