Un estudio privado estimó que en 2014 las ventas de productos argentinos al exterior representará el 0,37% del total mundial. Será la menor en 21 años. Se identifican dos factores externos y ocho internos como determinantes de semejante retroceso
Usualmente, funcionarios de la cartera económica, desde el ministro Axel Kicillof para abajo, hasta legisladores del oficialismo, atribuyen la falta de dólares y el consecuente estrés cambiario que caracterizó a la mayor parte del corriente año, a la coyuntura internacional: "El mundo se nos vino encima"; "se está frente a una crisis internacional que hasta la denuncian los informes del Fondo Monetario Internacional", suelen ser algunas de las expresiones más repetidas por los funcionarios.
Sin embargo, un análisis de Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI (Desarrollo de Negocios Internacionales), resalta que "el comercio mundial de mercancías crece. Este año la Organización Mundial de Comercio ha anunciado que las exportaciones de bienes totales sumadas en el mundo lograrán un alza del 3,1%. En los dos años anteriores crecieron en promedio 2,2 por ciento".
Por el contrario, los últimos datos del intercambio comercial argentino que publica el Indec dieron cuenta de que en los primeros nueve meses las exportaciones de la Argentina se derrumbaron 9,8% y las proyecciones actualizadas del Presupuesto pautan una baja para todo el año de 5,7 por ciento.
Semejante divergencia explica que DNI estime que la participación de las exportaciones de la Argentina en el total mundial decline de un rango de 0,44% a 0,47% entre 2008 y 2013 a 0,37 por ciento para el corriente año.
Se trata de la relación más baja desde 1993 cuando fue de 0,358 y se aleja del récord de 0,485 por ciento de 1998, antes de que se intensificara la recesión que puso fin al régimen de convertibilidad a fines de 2001. La menor relación en 35 años se registró en 1987, cuando empezaba el declive económico de la administración de Ricardo Alfonsín, con 0,267 por ciento, según datos del Centro de Economía Internacional, dependiente de la Cancillería de la Nación.
De ahí que sostiene Elizondo que "mientras en el escenario global el comercio crece, y recuperó fuerza luego de la crisis financiera desatada en 2008 –hasta lograr una performance sustancialmente mejor que la evolución del producto bruto mundial–, la Argentina exhibe caída en sus exportaciones de mercancías".
Mucho más que el atraso cambiario
Entre los factores determinantes de semejante declive de la participación de los productos argentinos en el comercio internacional identificó dos causas exógenas y ocho endógenas. Esas son para la consultora DNI:
1. La caída de los precios internacionales de los productos que más vende la Argentina;
2. La restricción de la demanda de Brasil;
3. Incremento de costos en la operación privada (inflación); y por cargas públicas (presión tributaria);
4. Entorno regulatorio que posterga decisiones de producción o comercialización (restricciones a la producción; sobrerregulaciones al comercio; alta complejidad, inestabilidad y aleatoriedad);
5. Menguante tasa de inversión;
6. Deficiente acceso a servicios (logística, financiamiento, despachos, puertos);
7. Política cambiaria que afecta la competitividad internacional;
8. Ineficiencia estructural –no corregida– en la política de administración de comercio que afecta el acceso a bienes de capital e insumos;
9. Política energética que incrementa saldos negativos en la balanza sectorial;
10. Insuficiente o debilitada política comercial internacional –apertura de mercados– y pérdida de diversificación de mercados internacionales en productos industriales.
Claramente, el cepo cambiario y el exceso de devoción por el mercado interno respecto de las relaciones comerciales internacionales están implícitos en siete de los diez factores que identificó DNI en una apretada síntesis.
Cabe destacar que por esas restricciones las importaciones de la Argentina también perdieron participación en el total mundial, a 0,34%, la menor desde la mini recesión de 2009 cuando se había derrumbado a 0,31 por ciento. El nivel más alto en los últimos 35 años se anotó en 1998 con 0,565 por ciento y el mínimo en la hiperinflación de 1989 y 1990.