Subió un 15% contra el real y un 16,7% contra el peso mexicano desde julio. ¿Vuelve el deslizamiento cambiario?
El dólar se viene afirmando en los últimos meses contra monedas como el euro, pero también contra las de países emergentes. El fin de la política de expansión monetaria (conocida como quantitative easing) y la perspectiva de una suba de las tasas de interés provocaron que la moneda norteamericana recuperara cierto espacio perdido en los últimos años. En la región este movimiento se sintió con una suba del dólar contra prácticamente todas las monedas, siendo Chile la única excepción, si se toma como parámetro lo que viene sucediendo en este segundo semestre.
La presión sobre la estrategia que viene llevando adelante el titular del BCRA, Alejandro Vanoli, es evidente: mientras que la divisa norteamericana subió un 15% contra el real y un 16,7% contra el peso mexicano, en la Argentina aumentó sólo un 4,6% en lo que va del segundo semestre. La devaluación de las monedas locales tanto en Brasil como en México, dos de los principales socios comerciales del país, indudablemente le agrega elementos a la estrategia oficial para salir del virtual congelamiento que hoy tiene el tipo de cambio oficial, "planchado" en $ 8,53.
Vanoli profundizó la estrategia de virtual congelamiento del tipo de cambio, pero el fin de semana salió a aclarar que este congelamiento no será indefinido. En ese sentido, elogió la política de "flotación administrada" y aclaró que haber mantenido el dólar quieto fue funcional a la estrategia de "desalentar expectativas de devaluación".
A la hora de señalar cuáles son las variables que tendrá en cuenta para determinar los movimientos del tipo de cambio oficial, Vanoli indicó que habrá que "ver qué pasa con las monedas de los distintos socios comerciales" del país. Y enseguida agregó que el futuro nivel del tipo de cambio "deberá ser un nivel que pueda conciliar estas dos variables; por un lado, mantener la competitividad de nuestros productos y, por el otro, garantizar que no haya inestabilidad financiera ni una excesiva volatilidad".
El fortalecimiento del dólar contra los principales socios comerciales de la Argentina es un elemento trascendental para que el BCRA vuelva a su política de "deslizamiento" del tipo de cambio, sobre todo si la intención es evitar una devaluación brusca. Desde que asumió al frente del BCRA, hace más de 50 días, el tipo de cambio oficial subió apenas un 1%. Vanoli consiguió el objetivo de desalentar la expectativa de una devaluación brusca, pero acentuando el atraso cambiario.
El derrumbe de los futuros del dólar refleja justamente esa menor expectativa de devaluación, al punto que hoy se espera una divisa por debajo de $ 8,75 a fin de año, cuando se ubicaba en niveles de $ 9,50 hace tres meses.
Pero distintos indicadores revelan que la política de mantener el dólar oficial prácticamente quieto será muy difícil de mantener, por distintos factores:
• El dólar se fortaleció contra todas las monedas regionales, además del real y el peso mexicano. Y en casi todos los casos la suba fue más significativa que la registrada en la Argentina. La única moneda que se apreció desde mediados de año fue el peso chileno.
• La soja también sufrió una caída significativa desde mediados de año, aunque en las últimas dos semanas recuperó parte de su valor (había caído hasta u$s 350 y ahora está más cerca de los u$s 375). En la medida en que los precios de exportación de la Argentina caen, la necesidad de acelerar el ritmo de devaluación aumenta, para que las divisas que ingresan las empresas tengan mayor valor, mejorando la competitividad especialmente para el sector agroexportador.
• Pero además de factores "exógenos", como el comportamiento del dólar contra otras monedas o de los precios de los commodities, lo que más impacta en la política relacionada con el tipo de cambio es la inflación. En la medida en que la inflación se mantiene alta y el dólar prácticamente está quieto, crecen en forma significativa los costos medidos en moneda dura. "Si esto sigue así, en tres o cuatro meses las economías regionales directamente se caen del mercado exportador", explicaba a fines de esta semana uno de los principales ejecutivos de la UIA.
Una suba gradual del tipo de cambio tendría consecuencias inmediatas: por ejemplo, encarecería el acceso al dólar "ahorro", lo mismo que el dólar "tarjeta". También les daría más impulso a los ya demandados bonos atados al tipo de cambio oficial (o "dollar linked"). Y obviamente les daría un impulso a los exportadores, al tiempo que quitaría incentivo al sector importador.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=768674