Pronto se conocerá el dato oficial de inflación de marzo, que estaría en torno al 7%. El BCRA lleva la devaluación del peso en relación a esa variable y el mercado anticipa cómo reaccionará
La inercia inflacionaria está dejando retrasada nuevamente a la política de microdevaluaciones diarias (crawling peg) que lleva adelante el Banco Central (BCRA), que, en enero, depreció el peso un 5,5% mensual, al igual que en febrero, contra un 6% de inflación que se registró en los primeros 31 días del año y un 6,6% que se vio en los siguientes 28. En marzo, en tanto, aceleró la devaluación hasta el 6% y, aunque aún no se conoce el dato oficial, todo indicaría que tampoco alcanzó el nivel indexación de precios, que se estima que estará entre el 6,7% y el 7% para el tercer mes del año. En ese contexto, los analistas en la City empiezan a analizar cómo seguirá graduando el BCRA el tipo de cambio oficial este año.
El dólar mayorista oficial cotiza en torno a los $211,70 y la expectativa es que, a partir de abril, la tendencia inflacionaria amaine y se mantenga en torno al 6% de abril hasta fin de año, según las previsiones del Relevamiento de Expectativas de Mercado que publicó el BCRA recientemente. Sin embargo, el economista de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Pedro Gaite dice a Ámbito que no espera que “vaya a haber mayores cambios a la política cambiaria respecto de lo que viene ocurriendo”.
Indica que, más allá del retraso que se observa en los últimos meses, venimos viendo un tipo de cambio nominal corriendo a un ritmo similar al de la inflación para evitar una apreciación del tipo de cambio oficial. Gaite señala que abandonar esta política e ir hacia una devaluación generalizada “podría generar problemas en la economía, sobre todo, en el actual contexto de falta de dólares”, que se ve agravado por la sequía.
La política del Tesoro: un indicio para las tasas del BCRA
Por su parte, el economista de Invecq Juan Pablo Albornoz comenta que “el Tesoro siguió subiendo las tasas en las licitaciones primarias, ya que colocó Letras a Descuento no indexadas (LEDEs) a una tasa efectiva anual (TEA) promedio del 124% en marzo” y explica que, teniendo en cuenta ese precedente, bajo el esquema actual con el cual el BCRA define la tasa de política monetaria, las tasas del Tesoro convalidadas en licitaciones primarias hacen de techo al corredor.
Así, para Albornoz, que el Tesoro haya subido la tasa, le da margen al Central para volver a subir los rendimientos de las LELIQs, la de los plazos fijos y la de los pases. Y, por otro lado, asegura que, frente a una inflación que se aceleró en marzo y una perspectiva inflacionaria mucho más deteriorada que algún tiempo atrás, muy posiblemente el regulador financiero vuelva a elevar las tasas (que hoy están en 113,3% de TEA). “Si se da esto, posiblemente también veamos una aceleración del crawling peg”, anticipa.
Sin embargo, también señala que es poco probable que el crawling peg se acelere demasiado y no espera que llegue a correr por encima de la tasa. Por lo que asegura que, probablemente, veamos hacia adelante una suba de tasas y una aceleración del ritmo de devaluación de peso que seguirá corriendo por detrás de la tasa (que en este momento es del 6,4% mensual).
Dólar soja 3, una variable clave
En ese contexto, el director de CyT Asesores Económicos Camilo Tiscornia opina que la clave para la evolución del tipo de cambio oficial en abril va a ser el programa dólar soja 3. “Cómo funcione será central para determinar si este mes puede ser similar a años pasados”, ya que suele ser una época en la que los tipos de cambio de tranquilizan y de calma financiera. Sin embargo, advierte que, este año, con la sequía, aparece más complejo en ese sentido porque va a disminuir el ingreso de dólares.
“Entonces, sin el dólar soja, la cosa estaría bastante complicada. Si tiene éxito la propuesta, van a entrar más dólares, pero van a seguir los controles sobre las importaciones igualmente porque el campo sufrió mucho y ya se adelantaron importaciones con los anteriores programas aplicados a las exportaciones de granos”, afirma Tiscornia.
En ese escenario, sin dudas, los distintos tipos de cambio y los controles para el acceso al dólar le dan margen al Gobierno para evitar un salto devaluatorio brusco. Así lo plantea Gaite, quien espera que “la gestión de la restricción externa se realizará a través de los controles a la importación, más que con una devaluación mayor”.
Así, tal como lo plantea Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Equilibra, el dólar oficial tiene que seguir de cerca a la inflación. Sobre todo, en un año como el actual, de mucha escasez de divisas y, además, electoral, en los que siempre suele haber dolarización por cobertura.
Coincide con sus colegas en resaltar que “la idea del Gobierno es aprovechar esta época del año, que es fuerte para la cosecha gruesa, con el dólar soja 3 y el agro, que es un elemento que pretende impulsar el ingreso de dólares”.
Son medidas que buscan evitar un salto cambiario antes de las elecciones, en un contexto en el que estamos con reservas netas bajas, y que, sin dudas, marcarán el ritmo de evolución del dólar oficial a lo largo de este año, de cara a las elecciones una etapa que suele ser compleja en materia cambiaria por la búsqueda de cobertura por parte de ahorristas e inversores ante la incertidumbre económica.