Con gran expectativa, las automotrices esperan el comienzo de 2015 ante la posibilidad de que el Gobierno disponga una modificación de la base imponible del impuesto interno para los autos más caros.
Anoche, trascendió que en los próximos días se subirían las bandas de precios que hoy están establecidas en $ 170.000 y $ 210.000 (valor de fábrica). En el primero de los casos se aplica un tributo del 30% y en el otro caso, del 50%. Según las versiones que circulaban ayer, se subirían entre un 25% y un 30% esos niveles. Desde el sector privado se cree que si bien ese incremento aliviaría algo la situación, no sería suficiente para normalizar la situación.
La última modificación se realizó el 1 de enero pasado, cuando se dispuso un incremento del impuesto, que provocó el derrumbe de hasta un 90% en las ventas de los autos premium. Esto se debió a que por la forma de calcular el gravamen, el impacto en el precio final implicaba aumentos que podían oscilar entre un 50% y un 100%.
Si bien la medida estuvo dirigida a frenar la venta de vehículos de alta gama importados para limitar la salida de dólares, con los aumentos de precios que hubo durante el año por la inflación comenzaron a estar afectados autos del segmento medio tanto provenientes del exterior como nacionales. La RAV 4 de Toyota, que se produce en Zárate, fue una de las primeras víctimas. Así cayeron dentro del gravamen modelos como el Ford Focus, el Renault Fluence, el Citroën C4 o el Peugeot 408. Otra paradoja es el caso de Honda, que anunció en octubre una inversión en la fábrica de Campana para producir el crossover HR-V, que debería pagar el impuesto si no se modifica.
Las automotrices venían reclamando desde hace varios meses la modificación del impuesto. El problema era que para evitar que algunos modelos cayeran en el gravamen se ajustaban menos los precios que el resto de la gama, lo que estaba provocando el achatamiento de la escala de precios. Esta distorsión provocó serios problemas económicos debido a la pérdida de rentabilidad. La semana pasada, cuando se conocieron las multas por un total de $ 1.060 millones, que las aplicaron a las automotrices, algunos directivos vieron una señal negativa para que finalmente se concretara una modificación de los impuestos internos. De todas maneras, las terminales pedían también que se bajaran las alícuotas del 30% y del 50%, para que el impacto en los precios no fuese tan elevado, pero el Gobierno no está dispuesto a hacer esto.
Posiblemente el anuncio se realice durante los últimos días del año, con el país prácticamente de vacaciones por las fiestas de fin de año. De esa manera, no tendrá el impacto de haberlo realizado esta semana. El tema es que, mientras los gremios reclaman que se modifiquen los niveles para el pago de Ganancias, no aparecería razonable que se alivie en impuestos a los autos de alta gama.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=772003