En un informe, los expertos de Barclays se refirieron a la agenda económica hasta la segunda vuelta y luego del 10 de diciembre, con su impacto sobre la dolarización, el FMI y la suba de precios, entre otras cuestiones clave
Un importante banco internacional afirmó que el escenario electoral que se configuró el domingo aleja en el corto plazo el temor a una hiperinflación, pero también las posibilidades de implementar reformas estructurales en el país.
Además, evaluó las chances de cada uno de los dos candidatos presidenciales para el balotaje. En un informe, los expertos de Barclays ratificaron que se teme por los posibles problemas de “gobernabilidad” que afronte Javier Milei si gana, dada la fragmentación legislativa que surgió de los comicios del domingo.
Los analistas Pilar Tavella e Iván Stambulsky indicaron que “los riesgos a corto plazo de hiperinflación disminuyen y la brecha cambiaria debería reducirse, pero las posibilidades de reforma estructural también disminuyen”.
“Las posibilidades de dolarización han disminuido en nuestra opinión. En primer lugar, porque las posibilidades de continuidad -es decir, de que la coalición gubernamental sea reelegida- parecen hoy mucho mayores de lo que sugerían los resultados de las primarias y las encuestas”, indicaron.
Barclays pronosticó que la inflación llegará al 155% este año y al 115% en 2024; el dólar oficial a $495 en diciembre y $1.120 un año después; y que habrá una recesión del -3% y del -4,5%, respectivamente.
“Pensamos que si Milei gana se verá obligado a moverse hacia el centro y, potencialmente, a diluir su propuesta de dolarización”, afirmaron.
“La dolarización requiere un consenso de la sociedad y con Milei obteniendo el 30% de los votos en la primera vuelta, el consenso para una propuesta de dolarización no parece ser demasiado fuerte en este momento”, explicaron.
“Dado que ahora es más probable que Milei dé marcha atrás a su plan de dolarización que antes del domingo, la brecha cambiaria debería reducirse respecto a los niveles de la semana pasada, en nuestra opinión”, aseguraron.
Dolarización diluida
“Es poco probable que hablar de dolarización ayude a Milei a captar esos votos. La reducción de las posibilidades de que el tipo de cambio de la dolarización actúe como indicador de los tipos de cambio paralelos debería reducir los riesgos de un escenario de hiperinflación, al menos a corto plazo”.
“El anuncio de un plan de dolarización desfinanciado alimentó las expectativas de que tendría que implementarse a un tipo de cambio mucho más débil que el tipo de cambio vigente. De hecho, creemos que esa dinámica ha estado en juego en las últimas semanas y explica parte de la ampliación de la brecha cambiaria a medida que Milei hablaba de la dolarización”, afirmaron.
Sobre el mercado oficial, afirmaron que “es poco probable que Massa realice una devaluación puntual, ya que el impacto inflacionario de esta medida no sería un buen augurio para sus posibilidades en la segunda vuelta”.
“Más adelante, un salto tan abrupto en diciembre también parece menos probable en un escenario más adverso de lo esperado para los planes de dolarización. Por otro lado, esperamos medidas fiscales más expansivas, luego de que la estrategia de Massa de aumentar el gasto en los últimos meses parece haber dado sus frutos en las elecciones”, indicaron.
Por este motivo, afirmaron que “un acuerdo con el FMI antes del 10 de diciembre, como estaba previsto en la última revisión, es poco probable, sobre todo teniendo en cuenta que el Gobierno ha podido ampliar recientemente la disponibilidad de la línea swap con China en 6.500 millones de dólares”.
Sin embargo, “también nos parece improbable un escenario de atrasos con el FMI. Esperamos que el Gobierno haga frente a 4.400 millones de dólares en pagos al FMI entre octubre y diciembre, con unos 1.400 millones de DEG aún depositados en el banco central, y que pague el resto utilizando la línea del swap con China”.
“Creemos que es probable que en el primer trimestre de 2004 se negocie un nuevo paquete con el FMI que exija un ajuste fiscal más rápido”, pronosticaron.
“Será difícil para Sergio Massa generar el shock de confianza positivo necesario para contener el costo económico de los tan necesarios ajustes. Y aunque debería tener el músculo político para avanzar en las reformas, la expectativa de que los desafíos económicos son grandes, con reservas netas negativas en el banco central, la brecha de divisas muy por encima del 100%, y la inflación en tres dígitos”, afirmaron.
Los votos para la segunda vuelta
En cuanto al balotaje, indicaron que “es probable que la segunda vuelta entre Massa y Milei sea más peleada de lo que apuntaban las encuestas”. Sin embargo, consideraron que habría una leve ventaja para el candidato opositor en la cosecha de votos ajenos.
“Estimamos que Milei necesita el 60% de los votos de todos los demás candidatos, o el 84% de los votos de Juntos por el Cambio para ganar en segunda vuelta (haciendo algunas suposiciones sobre los votos de Juan Schiaretti y del partido de izquierda)”, explicaron.
“Esto último supone que todos los votos del partido de izquierda y el 90% de los votos de Schiaretti van a Massa”.
Por su parte, “Milei podría conseguir los votos que necesita: Bullrich está ideológicamente más cerca de Milei que de Massa. Además, el descenso en el rendimiento de Juntos por el Cambio entre las primarias y las elecciones generales podría sugerir que la mayor parte de la transferencia de votos de JxC a UxP puede haber ocurrido ya en las elecciones del 22″.
En tanto, “la mayoría de los partidarios de Bullrich son votantes del núcleo del partido PRO que están ideológicamente más cerca de Milei”.
Sin embargo, aclararon, “incluso si no se transfirieran muchos votos de Patricia Bullrich a Massa entre la elección del 22 y la segunda vuelta, muchos de los votantes de Bullrich a los que no les gusta Massa o Milei podrían votar en blanco o nulo en noviembre si no les convence la plataforma más radical de Milei”.
“Por eso creemos que la segunda vuelta será competitiva. Todas estas estimaciones suponen que los niveles de participación se mantienen”, aclararon.
En segundo lugar, “los problemas de gobernabilidad para Milei -si gana- se convierten en la principal preocupación. Esto ya era de esperar incluso si Milei hubiera quedado primero en las elecciones del domingo”.
“Pero la preocupación se agrava por el hecho de que se enfrentaría a una oposición mucho más fuerte. En el escenario preelectoral, basado en los resultados de las primarias, se esperaba que Juntos por el Cambio tuviera más legisladores en la Cámara Baja que Unión por la Patria”, indicaron.
“Recordemos que la capacidad de Macri para aprobar reformas -incluso después de ganar las elecciones de mitad de mandato- fue fuertemente cuestionada por la oposición, y eso a pesar de haber sido jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, tener una proporción mucho mayor de escaños en la cámara baja de la legislatura, y experiencia en el gobierno y un equipo de tecnócratas”, detallaron.
Por lo tanto, “en este contexto, es difícil pensar que los retos no serán grandes para La Libertad Avanza si gana”.
“Es probable que la estrategia de La Libertad Avanza sea intentar alcanzar un acuerdo político para una coalición en el Congreso con Juntos por el Cambio. En este contexto, es probable que el ex presidente Macri desempeñe un papel crucial, ya que podría ser el intermediario para dicho acuerdo entre las dos fuerzas políticas”, afirmaron.
Barclays, fundado en 1690, tiene su sede en Londres y opera a nivel mundial; cotiza en la Bolsas de Londres, Nueva York y Tokio. En los primeros nueve meses del año obtuvo una ganancia bruta de 4.385 millones de libras (5.038 millones de euros), con una suba del 10 % respecto al mismo periodo de 2022.