Luego de que el BCRA obligara a los bancos a pasar a pérdida las multas, AFIP sacó una resolución para impedir que a raíz de la medida paguen menos impuestos
Hace una semana, el Banco Central dispuso que los bancos, casas de cambio y entidades financieras que hayan sido notificadas de sanciones administrativas, disciplinarias y penales aplicadas por el Estado deberán previsionarlas al 100% en todos los casos, independientemente de que la multe aún no esté firme en la Justicia.
Si bien según los banqueros la intención a priori era achicar las utilidades de los bancos, para que así baje el monto de dividendos a distribuir a sus casas matrices (para cuidar los dólares), era una maniobra que podía llegar a beneficiar en el sentido impositivo a los bancos, que pagarían menos impuesto a las ganancias. Sólo durante el último año las sanciones habían ascendido a $ 300 millones. En consecuencia, si los bancos podían deducirlo de ganancias, la AFIP se hubiera perdido de recaudar el 35% de ese monto, o sea $ 105 millones.
El fisco detectó esta maniobra que se venía venir para las declaraciones juradas de mayo próximo y se adelantó: sacó una resolución que impide a las entidades deducir como gasto en el impuesto a las ganancias a las multas, sanciones administrativas, disciplinarias y penales aplicadas o iniciadas por el Banco Central, la Unión de Información Financiera, la Comisión Nacional de Valores o la Superintendencia de Seguros de la Nación. Aunque la multa esté en firme por la Justicia, tampoco podrá ser deducida de ganancias.
Si bien el artículo 80 de la ley de impuesto a las ganancias establece que son deducibles los gastos efectuados para obtener, mantener y conservar las ganancias gravadas, el artículo 145 del decreto reglamentario de la ley no admite como deducibles a las sumas pagadas por cuenta propia en concepto de multas, costas causídicas, intereses punitorios y otros accesorios, derivados de obligaciones fiscales.
El impuesto a las ganancias determinado por los bancos y las entidades financieras pasó de $ 99 millones en el 2003 a $ 13.284 millones en el 2013, incrementándose 133 veces el impuesto a las ganancias declarado ante la AFIP.
Según pudo saber este diario, en el aplicativo de ganancias la AFIP va a poner un cuadro especial para que incluyan las multas, así se lo identifica más fácil.
El mes pasado, en su discurso en la UIA, la presidenta Cristina Kirchner había señalado que la actividad de los bancos y demás entidades financieras se ha visto incrementada en estos últimos años, pasando de facturar $ 20.503 millones en 2003 a $ 400.000 millones en el 2014, lo que representa un crecimiento de 1946% en el nivel de facturación; es decir, 20 veces más.
Gustavo Perilli, socio de AMF Economía, observa que, con esta nueva resolución, se le está marcando cada vez más el terreno a los bancos, al obligarlos a realizar su negocio con más prolijidad y precisión: “Si toda esta movida surge para castigar a las entidades que le están dando volumen al mercado del dólar paralelo, claramente no se está apuntando a mejorar la supervisión y la calidad de la oferta del servicio bancario, sino a perseguir a los evasores (y otras hierbas), que especulan con los diferenciales cambiarios que ofrece el mercado”.
Alejandro Henke, director ejecutivo de Proficio Investment, remarca que, en general, los auditores piden que la multa se vaya previsionando en los balances, sino lo aclaran en su informe: “El problema es que las multas son muy difíciles de determinar a priori hasta tanto no esté substanciado el sumario”.
En la mayoría de los casos, los sumarios financieros del BCRA son por incumplimiento de los recaudos en la prevención de lavado de dinero relacionados con el principio de “conozca a su cliente”, mediante falta de confección de legajos con documentación que sustente declaraciones juradas acerca del origen y licitud de los fondos.
Según describen los principales actores de la City porteña, es una forma de amedrentar al mercado para que las grandes manos se abstengan de operar y, de esta forma, no se realicen transacciones de magnitud y así evitar que suba el dólar paralelo. “Pero lo que no se hace ahí ahora se está haciendo en miles de pequeñas cuevas”, revela un mesadinerista. Lo cierto es que, al no estar presentes las grandes manos, el volumen del blue se redujo en forma significativa: de u$s 50 millones diarios, que llegó a transar, cayó a la mitad. Incluso, al haber menos cuevas operando por temor a los controles, se amplió el spread de las puntas entre el precio de compra y el de venta. Por lo pronto, a fuerza de controles, Vanoli logró calmar la “dólar dependencia”.