El Gobierno recibió esta semana dos ofertas de bancos extranjeros para emitir deuda en tramos de u$s 1.000 millones. La propuesta fue confirmada a Ámbito Financiero por un funcionario del equipo económico, pero no aseguró que se vaya a concretar la emisión de un nuevo título local. «Estamos definiendo en función de lo que sucede en los mercados internacionales», señaló. En paralelo siguen monitoreando la demanda por papeles domésticos para anunciar la segunda temporada del canje de Boden 2015 por Bonar 2024.
La cotización de esos papeles se mantiene firme en Nueva York pese a las malas noticias surgidas en el país y en los mercados externos. La cercanía de las elecciones presidenciales hace gradualmente su trabajo. Puntualmente el Bonar se opera levemente por debajo de los u$s 100 (en diciembre Axel Kicillof los ofreció a u$s 96,20) y los Boden 2015 por encima de los 100 dólares. Pero en el caso especial del canje no hay margen de error para el ministro de Economía tras el revés sufrido con la oferta efectuada en diciembre a inversores. Por ello es que si se decide relanzar la operatoria, apuntan a tener el resultado asegurado.
Además de las ofertas de endeudamiento recibidas, hubo bancos que intentaron acercar posiciones entre Paul Singer (Elliott) y el Gobierno. Tuvieron el previsible fracaso: lo que el Gobierno pagaría es un décimo de lo que Singer desea. En el Palacio de Hacienda esperan una convocatoria de Daniel Pollack, el mediador designado por el juez Griesa. El año pasado, Pollack recomendó cerrar un acuerdo con Singer y luego avanzar con el resto de los tenedores de papeles. «En teoría de la negociación, siempre conviene primero cerrar con el más fuerte, nos dijo Pollack», señalaron a este diario fuentes argentinas que participaron de los encuentros. La visión de Economía es la opuesta: «Siempre nos van a pedir más los que más tarde acuerden». Por eso apuntan a que Pollack logre reunir al 100% de los tenedores de papeles en default. Igual, no garantiza eso que luego se logre un acuerdo. Culpan funcionarios a contactos de economistas de la oposición que ya estarían ofreciendo pagar a Singer el 80% mínimo del reclamo. Un dato adicional sobre la posibilidad de aceleración de bonos antes de que asuma el nuevo Gobierno: Paul Singer es quien más resiste a este movimiento porque sus reclamos se licuarían en ese escenario. Pero al mismo tiempo, si el Gobierno quisiera pagar a quienes aceleraron bonos -algo desde ya que se descartó en Casa Rosada- el juez Griesa debería levantar el «pari passu» dado que esos fondos también serían pasibles de ser captados por el magistrado neoyorquino.
Todas las decisiones de financiamiento se conocerán en el primer trimestre, a más tardar en junio. Avizora el equipo de Kicillof que Estados Unidos comenzará a subir las tasas en el segundo semestre, por lo que complicará lanzamientos de bonos (y más en la recta final por las elecciones presidenciales). Aun así, «en un escenario de economía de guerra tenemos mecanismos como para pagar los vencimientos sin emitir deuda», aseguran funcionarios. Las amenazas igual pasan por una caída adicional de la soja que complique las cuentas públicas. Hasta ahora lo que se ahorran con la caída del petróleo en materia de subsidios es mayor que lo que pierden por las retenciones a la soja. Las provincias sufren más que la Nación. Las paritarias, otra batalla que se avecina, firmaría el Gobierno hoy si se garantiza un incremento promedio del 25%. No será fácil. Lo mismo con la inflación. Si se ubica en torno a ese porcentaje en 2015, se dan por satisfechos.
La tarea -en todos los rubros- pasará para quien los suceda.
Fuente: http://ambito.com/diario/noticia.asp?id=776757