En los últimos cinco años, los agregados monetarios del Banco Central (BCRA) 33% al año en promedio, las reservas internacionales cayeron 34% y el financiamiento al fisco a través de letras intransferibles y adelantos transitorios se disparó 1.200% y 600%, respectivamente. En el mismo plazo, en el que pasaron tres titulares de la autoridad monetaria y fue reformada la Carta Orgánica que la rige, el tipo de cambio de cobertura de reservas sobre base monetaria pasó de $ 2,55 a $ 14,72.
A cinco años de la traumática salida de Martín Redrado de la presidencia del BCRA, en medio del conflicto por el uso de reservas internacionales para el pago de la deuda, la Fundación Capital –que él fundó y conduce– elaboró un informe sobre el impacto que ha sufrido la autoridad monetaria –cepo cambiario y reforma de la Carta Orgánica mediante– desde ese momento hasta la actualidad.
«El BCRA hasta el año 2010 se caracterizó por acumular reservas internacionales muy en línea con la emisión monetaria, de manera tal de garantizar y gobernar el manejo del tipo de cambio en un mercado único y libre de cambios (MULC)», aseguró el informe. «Adicionalmente, y para bien, el Tesoro Nacional contaba con excedentes fiscales lo que evitaba cualquier tipo de conflictos», añadió.
Entre las variaciones que registra el reporte, se cuenta el crecimiento que tuvo la emisión monetaria para financiar al sector público que fue cercana a $ 20.000 millones en 2010 y fue evolucionando hasta superar los $160.000 millones el año pasado.
Como resultado de ello, la base monetaria prácticamente se cuadruplicó: pasó de $ 122.350 millones a $ 462.564 millones, es decir saltó un 278%. Ese aumento, combinado con el retroceso del 34% que sufrieron las reservas –entre otros motivos por el pago de deuda– se combinó para transformar radicalmente el tipo de cambio de cobertura de la base monetaria respecto de las reservas: esa cifra pasó de un precio teórico del dólar de $ 2,55 (en realidad era de $ 3,80 al momento) a un valor teórico actual de $ 14,72 por cada dólar en reservas.
El valor de las letras intransferibles que el Tesoro coloca en el patrimonio del BCRA a cambio de las reservas que toma para pagar deuda, por ejemplo, creció $ 1.169% en el período. La base monetaria, por otro lado, creció 278% en esos cinco años y los pasivos monetarios (base más Lebacs y pases pasivos) creció 315%.
Para la Fundación Capital, el «uso y abuso» de las reservas internacionales alentó la inflación y la devaluación al deteriorar a la autoridad monetaria. Luego, el incumplimiento de los programas monetarios seguido de el atraso de la evolución del dólar en comparación con el avance de la inflación generó como resultado la corrida cambiaria que derivó en el cepo.
«Mientras la inflación fue de un 25% anual, es decir más del 50% acumulado en el bienio, el tipo de cambio se deslizó un 10% en dicho período. Esto llevó a la implementación del cepo cambiario, pues el atraso cambiario generó que el agente económico quisiera lo barato y eso era el dólar», reza el informe de Fundación Capital.
El último componente del cocktail que llevó a este deterioro del balance del BCRA vino dado por la modificación de la Carta Orgánica de la entidad. Mediante la eliminación de los programas monetario, de la necesidad de un respaldo con reservas internacionales para la base monetaria y la creación de adelantos transitorios extraordinarios, que ampliaron la capacidad del Tesoro para tomar fondos de la entidad, el BCRA no sólo dejó de sumar reservas sino que empezó a emitir más de lo que emitía cuando sí las acumulaba. «Así, lejos se está de poder gobernar el manejo del tipo de cambio, en un mercado de cambios que ahora no es ni único, ni libre», concluyó el informe.