La principal criptomoneda se ubica cerca de su máximo histórico de 2021. En el año se revaloriza casi un 50 por ciento
En el primer tramo del año el Bitcoin se revalorizó rápidamente, un 50% respecto del cierre del año anterior, y apunta a alcanzar un nuevo máximo histórico, al quedar próximo a la zona de USD 69.000 a la que llegó en noviembre de 2021.
Este lunes superó los USD 67.000 a las 14:30 horas, aunque una hora después bajaba a USD 66.189. Por su nivel de capitalización, esta moneda digital ocupa la primera posición entre las más populares, con una circulación valuada en 1,287 billones de dólares, dos veces el PBI de la Argentina.
La principal criptomoneda se arrima al máximo histórico de cierre de una sesión que alcanzó el 9 de noviembre de 2021, cuando se situó en 67.729 dólares. En la jornada siguiente registró la cotización más elevada de su historia durante la negociación diaria (intradía) en 68.991,85 dólares.
La fuerza motriz detrás del movimiento alcista sigue siendo la reciente aprobación de los ETF, los fondos cotizados en Bolsa, del Bitcoin en efectivo, vehículos que continúan adquiriendo la criptomoneda en cantidades significativas. Desde su lanzamiento, los ETF del Bitcoin al contado acumularon tenencias que representan más del 3% de todos los Bitcoin existentes actualmente. Por ello, el analista espera que continúe la actual tendencia y adelantó que es posible que alcance un nuevo máximo histórico.
¿A cuánto puede llegar el precio del Bitcoin?
Un informe de Coindesk aseguró que “las señales del mercado de futuros indican que pueden producirse nuevas subidas. El interés abierto, o número de apuestas de futuros no liquidadas, alcanzó un máximo histórico de 27.000 millones de dólares, según datos de Coinglass. El aumento del interés es señal de la entrada de dinero nuevo en el mercado”.
Desde Coindesk destacaron que “la capitalización del mercado también alcanzó la cifra récord de 2,8 billones de dólares, superando el nivel de 2,7 billones establecido en noviembre de 2021, según muestran datos de múltiples fuentes. En las últimas 24 horas se liquidaron más de 60 millones de dólares en posiciones cortas, o apuestas en contra de la suba de los precios del Bitcoin, lo que probablemente contribuyó a la subida de los precios al cubrirse las posiciones perdedoras”.
Algunos operadores esperan que “el Bitcoin alcance su máximo histórico de 69.000 dólares en marzo, y afirman que la demanda institucional y el éxito inicial de los fondos cotizados (ETF) de Bitcoin al contado probablemente impulsarán los precios”.
“A falta de 54 días para que el Bitcoin se reduzca a la mitad y con la expectativa de que la Fed recorte los tipos de interés a mediados de año, los precios tienen un nivel de soporte en 50.000 dólares y pueden fluctuar hasta alcanzar máximos históricos en marzo”, explicó Ryan Lee, analista jefe de Bitget Research. ”El volumen de negociación de nueve ETF de Bitcoin en EEUU también alcanzó un nuevo máximo de 3.200 millones de dólares la semana pasada, lo que indica que las instituciones tienen un fuerte sentimiento alcista”, añadió.
El Bitcoin fue la primera criptomoneda que se lanzó al mercado. Creada por Satoshi Nakamoto en 2008, esta divisa digital promovía un ideal libertario y buscaba poner en jaque a las instituciones monetarias y financieras tradicionales luego de la crisis financiera global que se vivió ese año.
El Bitcoin (BTC) usa la criptografía para garantizar que sus operaciones no estén reguladas por ninguna institución u organismo bancario, lo que a su vez ha puesto a la moneda en medio de un debate sobre su volatilidad, pues al no requerir terceras personas ha sido señalada de facilitar actividades ilegales como el fraude.
Pese al escepticismo, hay quienes han apostado por el bitcoin: El Salvador se convirtió en el primer país en adoptar esta criptodivisa como moneda legal el 9 de junio de 2021 y Honduras Próspera, una zona especial autónoma centroamericana, también ha hecho lo propio.
Qué son las criptomonedas
Las criptomonedas están dejando de ser elementos ajenos y han comenzado a meterse en el lenguaje del día a día, despertando el interés de aquellos a quienes les preocupan las finanzas o hasta llegar al grado de ser legalizadas en algunas regiones del globo terráqueo.
Como su nombre lo indica, las monedas virtuales utilizan métodos criptográficos o de cifrado para realizar transacciones en un sistema desregulado y, la mayoría de ellas, por medio de cadenas de bloques (blockchain), lo que lo aleja de los modelos tradicionales en donde los bancos funcionan como intermediarios.
Su innovación ha ocasionado que muchas personas estén interesadas en invertir en las monedas digitales, pues su valor ha crecido considerablemente en los últimos años siendo Bitcoin, Ethereum y Dogecoin las más populares y las que mayor capitalización cuentan en el mercado.
Cada una de estas unidades son creadas a través de un proceso llamado “minado” y los usuarios las pueden adquirir a través de diversos agentes o bolsas de monedas digitales, para luego almacenarlas en “monederos criptográficos” o hacer diversas transacciones con ellas por medio de claves únicas.
Pese a que fue en el 2009 cuando el Bitcoin entró al mercado como la primera criptodivisa en el mundo, lo cierto es que éstas apenas están experimentando un auge en el ámbito financiero, por lo que se espera que su uso aumente en un futuro cercano.
Los riesgos del dinero virtual
Las criptomonedas tienen diversos elementos que las hacen únicas: el no estar reguladas por ninguna institución; no requerir de intermediarios en las transacciones; y casi siempre usar bloques contables (blockchain) para evitar que se creen nuevas criptomonedas de forma ilegal o las transacciones ya hechas sean alteradas.
Sin embargo, al no tener reguladores como un banco central o entidades similares se les señala de no ser confiables, de ser volátiles, propiciar fraudes, no tener un marco legal que respalde a sus usuarios, permitir la operación de actividades ilegales, entre otras más.
Aunque podría ser una paradoja, a su vez las criptomonedas garantizan seguridad a sus mineros en cuanto a la red en la que se sitúa (entramado) y que implica un manejo de códigos; el romper esta seguridad es posible pero no tan fácil de lograr, pues quien lo llegara a intentar tendría que contar con una potencia computacional superior incluso a la que tiene el propio Google.
Quien invierte en este tipo de activos digitales debe tener muy claro que esta forma trae consigo un elevado riesgo al capital, pues, así como puede haber un incremento, también puede tener inesperadamente un desplome y acabar con los ahorros de sus usuarios.
Para almacenarlas, los usuarios deben contar con un monedero digital o wallet, que en realidad es un software a través del cual es posible guardar, enviar y hacer transacciones de las criptomonedas. En realidad, este tipo de monederos únicamente guarda las claves que marcan la propiedad y el derecho de una persona sobre cierta criptomoneda, por lo que estos códigos son los que en realidad se deben proteger.