Indicaron que hay disponible para vender 2,9 millones de toneladas, que podrían ser exportadas. Piden que se derogue la resolución que limita las ventas externas
Los Centros de Corredores de Cereales de Bahía Blanca, Buenos Aires, Entre Ríos, Rosario y Santa Fe aseguraron ayer que la imposibilidad de exportar trigo desde 2008 por las restricciones impuestas por el Gobierno, que actúan como «licencias previas no automáticas», generan pérdidas a las economías regionales por $ 4.321 millones.
«En la actualidad hay disponible para la venta 2,9 millones de toneladas de trigo, que en condiciones normales podrían ser colocadas en el mercado externo, pero no pueden comercializarse como consecuencia de la RG 543», aseguraron los cinco Centros de Corredores de Cereales de las principales ciudades, en un comunicado.
«Este mecanismo no solamente impide que los productores capturen el precio pleno por su producción, sino que priva a muchas localidades que dependen directa e indirectamente de este cultivo de hacerse de $ 4.321 millones provenientes de la comercialización del trigo (considerando el valor del FAS teórico que publica el Ministerio de Agricultura), que no puede materializarse por las restricciones vigentes», destacaron.
Por eso, los Centros de Corredores de Cereales insistieron en la necesidad de derogar la RG543, «retrotrayendo la situación, como mínimo, al régimen de la Ley 21.453, previa a los ROES, con mercados abiertos durante todo el año, sin cupos, cuotas, ni restricciones de ningún tipo, garantizando la libre competencia entre las partes».
El comunicado aclaró, además, que si bien dentro de los 2,9 millones de toneladas de trigo hay una parte del cereal con calidad molinera, existen dentro de esta cifra un porcentaje importante del llamado «Condición Cámara», que por su contenido proteico y bajo gluten carece de aptitud panadera, por lo cual su único destino es la exportación. Sin embargo, agregaron, hoy no puede ser vendido ya que por las restricciones no hay compradores.
Con el esquema actual, aseguraron los corredores, existen «ganadores y perdedores». «Ganan y ganaron quienes centran su interés en la obtención de ROES para beneficio propio, obteniendo una diferencia que nunca trasladan. Otros (…) creen defender el interés de sus asociados cuando en realidad solamente les están acercando un beneficio parcial y temporario, a consecuencia de convalidar un sistema injusto por el cual se ha facilitado la mayor transferencia de ingresos desde la producción a la demanda»
Sobre los «perdedores», los Centros de Corredores de Cereales afirmaron que «son los mismos de siempre. Por un lado, los productores agropecuarios que no pueden capturar el precio pleno por su producción y no cuentan con incentivos para aumentarla; y por otro, los pueblos del interior que ven como estas políticas restrictivas los privan del efecto dinamizador que tiene el normal funcionamiento de la cadena del trigo y maíz para sus economías».
El mecanismo de ROES, además, desalienta a los productores, ya que «ante la falta de un horizonte de precios razonable, se vuelcan de a poco a un esquema de monocultivo, en lugar de aprovechar los beneficios de la diversificación», dijeron.