El Gobierno podría obtener una tasa menor al 9% en un contexto favorable por las elecciones. Fuerte reacción de los fondos buitre, ante audiencia del 3 de marzo
Para paliar la escasez de dólares y para aprovechar el buen clima financiero para la deuda argentina por la cercanía de las elecciones, el Gobierno planea un nuevo intento de colocación del Bonar 2024, tras la salida fallida de fines del año pasado. Esta vez, el Ministerio de Economía no se largaría solo, sino de la mano de dos bancos de inversión, con los que podría pagar una tasa por debajo del 9%, en pleno default selectivo.
Según la agencia Bloomberg, el país estaba ayer recibiendo ofertas de inversores por intermedio de las oficinas en Londres de los bancos JPMorgan y Deutsche Bank AG para recaudar unos u$s 2.000 millones. Ambas entidades se negaron a comentar la propuesta.
Ya la Presidenta el lunes había mencionado que el «fallo londinense le abriría la puerta al país para emitir deuda» para criticar a quienes «el año pasado nos decían que fuéramos presurosos a pagar cualquier cosa, lo que nos pidieran». Y el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, apoyó a Economía ayer al decir que el país enfrenta una «ventana de oportunidad importante» para la colocación de deuda debido a las mejoras en el contexto global: «Me parece muy oportuno poder ver cuáles son las alternativas de financiamiento que hay para el Tesoro nacional».
Voceros de Economía confirmaron que «Argentina está analizando todas las ofertas que se presentan, que han sido múltiples y variadas» y no sólo de las entidades mencionadas, que Economía no puso condiciones en cuanto a montos ni tasa de interés y que los dichos de la Presidenta indican que el país se «muestra interesado» en lo que los bancos pueden ofrecer.
Esta emisión del Bonar 24 es una reedición de la intención de obtener u$s 3.000 millones a mediados de diciembre pasado, en una semana negra para las economías emergentes, cuando Economía, a solas, sólo pudo conseguir u$s 286 millones por ofrecer precios poco atractivos para los inversores.
Esta vez, Economía estaría aprovechando el gran momento que atraviesan los activos argentinos, cuyas tasas de interés reflejan la cercanía de las elecciones presidenciales, y que pudieron aprovechar YPF y la ciudad de Buenos Aires, con u$s 500 millones cada uno. Pero no repetirá ahora el canje del Boden 15, cuyo vencimiento pesa u$s 6.300 millones en octubre próximo sobre las reservas.
La emisión del Bonar 24 se conoce también antes del 3 de marzo próximo, cuando el juez de Nueva York Thomas Griesa presidirá una audiencia donde se definirá si Citibank puede pagar los vencimientos de los títulos bajo legislación nacional, hoy trabados por los fondos buitre, salvo por las excepciones que otorgó el juez para los últimos pagos.
El Bonar 24 es un bono regido por la ley argentina. Griesa podría considerar esos bonos como parte de la sentencia favorable a los buitres o abaratar la emisión argentina dejándolos a salvo.
Por lo pronto, el Bonar 24 goza de un alza del 7% en sus precios desde que empezó el año. Justo ayer sufrió la primer caída en seis jornadas y cerró con un rendimiento de 8,42%. En el mercado especulaban ayer que permitiría al país conseguir tasas de 8,5 a 8,75%.
«Están dadas las condiciones, ya que hay apetito por el riesgo argentino entre los inversores extranjeros. Igualmente va a tener que haber cierto tipo de concesión si es que quieren emitir u$s 2.000 millones en estos bonos. Eso se va a definir en los próximos días de acuerdo a las ofertas que se reciban», dijeron en un banco de inversión no involucrado.
«Sería muy bueno: muestra acceso al mercado, barato por como tradea el bono y la contradicción misma que significa el default, ya que hoy el país puede emitir más barato que cuando declaró el default», agregó un colega.
Las ofertas se reciben en Londres, en principio porque el Bonar 24 no cuenta con la condición de emisión que le permite comercializarse en el mercado estadounidense. Argentina lo creó para pagarle directamente la deuda a Repsol por la expropiación de YPF. Hoy los bancos tienen que vender el bono fuera de EE.UU.
«Los bancos actúan muy sutilmente para hacerlo parecer un unsolicited order. No me extrañaría que (el fondo buitre) Elliott reaccione. A Elliott le encantaría poder enganchar un banco en su juicio… Lo están haciendo con mucho cuidado por eso», opinó el titular de un fondo inversión extranjero.
Pero el riesgo holdout está latente. El fondo NML reaccionó en un comunicado: «A pesar de nuestros reiterados intentos de entablar negociaciones de buena fe, el gobierno argentino parece decidido a permanecer en mora y en desacato de una orden de la corte federal de Estados Unidos. Estamos consternados de que JPMorgan y Deutsche Bank están participando en los esquemas de un moroso internacional, esquemas que creemos son un intento de evadir la aplicación judicial de los derechos de los tenedores de bonos».