En los dos primeros meses el BCRA le pasó casi $ 22.000 millones al sector público. Es un 360% más que en mismo período de 2014. El año pasado el gasto creció 46% y los recursos genuinos lo hicieron 33%. Para evitar que vuelvan los problemas cambiarios Vanoli esteriliza tantos pesos como puede, pero al costo de no poder incentivar el crédito
La emisión monetaria para asistir al Tesoro arrancó bastante más temprano de lo habitual en éste, el último año de la era kirchnerista. El Banco Central (BCRA) transfirió casi $ 22.000 millones al fisco en los dos primeros meses del año, un aumento del 360% respecto a mismo período del año pasado. La intensa política de absorción de pesos que lleva adelante la entidad conducida por Alejandro Vanoli, a pesar de haber aspirado ya $ 45.000 millones, no alcanza para evitar que la base monetaria haya crecido 34% en el último año.
No es habitual que el sector público necesite de la ayuda del BCRA tan temprano en el año, generalmente el grueso de las transferencias ?una combinación de cesión de utilidades y «adelantos transitorios», préstamos, que tienen un efecto expansivo sobre la masa de dinero? se concentran sobre la segunda mitad del calendario.
El año pasado las transferencias del BCRA al fisco alcanzaron un récord nominal histórico de $ 161.508 millones, que supusieron un aumento del 71% respecto a lo transferido en 2013, pero la mitad de toda esa ayuda llegó en el último trimestre del año.
Este año, los tiempos parecen haberse acelerado. Es que según los últimos datos de ejecución presupuestaria publicados, el gasto creció durante todo 2014 un 46,5% frente a un avance de los ingresos genuinos del 33,6%. La brecha entre esas dos variables debe ser cubierta de alguna manera y, hasta ahora, la emisión de dinero del BCRA parece haber sido la solución exclusiva.
En los primeros dos meses del año pasado la ayuda del BCRA al sector público había ascendido a apenas $ 4.774 millones. Este año esa cifra saltó a $ 21.939 millones en el mismo período.
«Evidentemente el sector público sigue en un terreno deficitario y dejó de hacer emisiones en pesos, como a fines del año pasado», dijo Martín Polo, economista jefe de Analytica. «En algún momento del año vamos a ver una moderación, porque proyectar un crecimiento de las transferencias de más del 360% no es imaginable, pero no hay dudas de que si no encuentran formas de achicar el gasto o financiarlo de otra forma el blue se puede despertar», agregó.
El BCRA compensa la fuerte emisión con una muy agresiva política de absorción de pesos a través de Lebac, las letras con las que maneja la masa monetaria. En lo que va del año ya aspiró casi $ 45.000 millones, pero aún así la base monetaria se expande 34% interanual.
Para el Estudio Broda, lo más probable es que el 35% sea el nuevo ritmo de expansión monetaria, frente al 22% de 2014. El riesgo, si se desmadran las necesidades del fisco, es que salte al 47%.
La alta tasa que paga el BCRA para que los bancos tomen sus Lebac mantiene a raya al blue pero evita que el Gobierno pueda estimular la economía por la vía del crédito.
La tasa de los plazos fijos ?en 21% la mayorista y 23% la minorista regulada por el BCRA? atrae buena cantidad de dinero que no va a la calle, ya que rinde más que cualquiera de las versiones del dólar. De esa manera, el stock promedio de plazos fijos del sector privado creció $ 13.690 millones el mes pasado, o 29,66% interanual.
El problema es que el stock promedio de préstamos al sector privado creció sólo $ 2.660 millones en febrero, un 19% interanual (por debajo de la inflación, incluso la oficial del 23,9%).