En su licitación de Lebac de hoy ofrecerá menos tasa en los plazos cortos y más en los más largos. Así, estira el perfil de vencimientos y hace que los pagos de esas letras queden para el próximo Gobierno. El BCRA ya aspiró casi $ 45.000 millones en el año vía Lebac y con la emisión monetaria para financiar al fisco creciendo 360% interanual deberá esterilizar mucho más.
El Banco Central (BCRA) modificó los rendimientos de las letras con las que regula la masa monetaria, recortando el premio de los papeles de más corto plazo y elevando los de los plazos más largos. La medida pretende estirar el perfil de vencimientos para que la entidad conducida por Alejandro Vanoli pueda mantener funcionando al máximo la aspiradora de pesos sin que los costos de esa política recaigan en el corto plazo.
Cada martes el BCRA licita letras y notas que entrega a los bancos a cambio de los depósitos que estos últimos no logran colocar como préstamos. Esos papeles le sirven a la entidad para regular la masa monetaria: cuando las nuevas colocaciones superan a los vencimientos de emisiones pasadas, la cantidad de dinero que circula en la economía se reduce y se dice que «aspiró pesos». Al reducir la masa monetaria, a su vez, la entidad le resta impulso al avance de los precios y le saca aire al dólar paralelo.
Ayer, en su llamado para la licitación de hoy detalló que las letras Lebac a 98 y 119 días ?los dos plazos más cortos siempre se colocan a tasas predeterminadas, mientras que los otros cinco se licitan a una tasa de corte mediada con el mercado? pagarán un rendimiento del 26,44% y del 27,10% anual, respectivamente. Las cifras suponen un recorte muy marginal de 12 puntos básicos respecto del nivel de la semana pasada.
Al mismo tiempo, fuentes de la entidad afirmaron que en la licitación de hoy se buscará elevar en forma mucho más significativa ?unos 50 puntos básicos? las tasas de las letras de plazos más largos, como las de un año, para estirar el perfil de vencimientos.
En líneas generales, concentrar pagos en plazos cortos no es considerado una buena práctica financiera, con lo cual Vanoli tiene al sentido común de su lado. Desde que llegó a la entidad en septiembre pasado el plazo promedio del stock de Lebac pasó de 120 a 150 días.
Pero además de mejorar el perfil de vencimientos, al estirar los plazos Vanoli le patea al siguiente Gobierno una buena parte del costo de su política de esterilización: patearlo a marzo de 2016.
«Esto te muestra dos cosas bien claras: una, que el BCRA tiene que sacar pesos si o sí y como con los bancos llenos de letras tiene que incentivarlos para que tomen más; la otra, que quiere que el costo de aspirar pesos lo pague otro», dijeron en una entidad.
En lo que va del año el BCRA ya aspiró casi $ 45.000 millones vía Lebac, como parte de la política que ayudó a que el blue perforara la barrera de los $ 13.
El problema es que, de seguir este ritmo de colocación de letras, el BCRA deberá pagar este año vencimientos por $ 85.355 millones según estimaciones del Estudio Bein. Eso significa poner más pesos en manos de los bancos que habrá que volver a esterilizar.
Con un aumento de la emisión monetaria para financiar al fisco del 360% interanual en los primeros dos meses del año, Vanoli no se puede dar el lujo de apagar la aspiradora si quiere cumplir con el objetivo de llegar al recambio presidencial sin un shock cambiario.
El problema es que tanta astringencia monetaria hace imposible perseguir otros objetivos, como abaratar el crédito para impulsar la actividad.