Bancos impusieron a mutuales y cooperativas extracción máxima de $ 50.000 en efectivo por día. Así, lograron secar la plaza y bajar el precio del billete en las cuevas
Mientras muchos esperaban un recorrido alcista del blue a esta altura del mes al haber menos ventas de dólar ahorro, sorprendió la baja de 10 centavos a $ 12,86. En tanto, el oficial subió medio centavo y cerró a $ 8,81, en una rueda donde el BCRA tuvo que vender u$s 35 millones. El dólar liqui trepó 3 centavos a $ 12,07 y superó al MEP, que cayó 5 centavos a $ 12,05.
Cuentan que ayer faltaron jugadores en la plaza, ya que más de un «pitufo» (dueño de cueva) ya se tomó el fin de semana largo por anticipado. «Acá faltan negocios: la gente que viene es para tapar agujeros y pagar deudas, entonces lo que necesitan son pesos», explica un cuevero.
«No hay pesos en la calle», es la explicación que dan los entendidos. El porqué de la «plaza seca» hay que buscarla en una orden no escrita que bajó del gobierno hacia los bancos: no entregar más de $ 50.000 por día a las cooperativas y mutuales. El resto, debe ser por transferencia, que a ellos no les sirve porque necesitan del «físico».
«Antes depositaban muchos cheques y sacaban todo el efectivo por ventanilla. Para negárselo, el banco es muy discrecional, ya que no hay nada escrito, pero hay normativa de palabra. A los rutinarios y dudosos les limitan a $ 50.000. Con esto le cortaron las piernas a las cooperativas», detallan en la City.
A los bancos se les dijo que no le entreguen efectivo a las cooperativas (que con esos pesos abastecen a las cuevas) y además apretaron a los supermercados para que el efectivo no lo cambien más por cheques en cooperativas, sino que los depositen en sus propias cuentas.
Según admiten en el sector, la baja del blue obedece a que, por temor a los controles, quedaron muy pocas manos en la cancha, que se abastecen de pesos a través de las pocas cooperativas y mutuales que quedaron en el mercado, que a su vez se venían nutriendo de pesos al comprarle el efectivo negro a tres o cuatro cadenas comerciales líderes, mecánica que se venía implementando desde los últimos dos años.
Incluso, según describen las fuentes del black market, la operatoria se llevaba a cabo con contrato y todo, ya que entregaban entre $ 5 y $ 10 millones por día. De esta forma, las cadenas comerciales se ahorraban el 1,2% del impuesto al cheque, ya que no depositaban el efectivo en el banco, sino que lo cambiaban por distintos cheques, que le servían para pagarles a los proveedores. Además, se ganaban una tasa del 0,5%.
«Por los controles de la UIF y del BCRA se asustaron y llegó la orden de cerrarle el grifo a las cooperativas», detalla un correta, como se conoce en la jerga a los mayoristas «del bille».
Las cuevas, entonces, se quedaron sin pesos, parados sobre dólares. «Se corrió el proveedor de efectivo y empezó a faltar pesos en el mercado blue, al cortarse el circuito. Además, los bancos vienen echando a las cooperativas y mutuales», revelan. La gran mayoría de los bancos privados ya les cerraron las cuentas a las mutuales, como si fuesen mala palabra y las tienen entre ceja y ceja.
Un agente bursátil informa que ellos también sufren el cierre de cuentas, ya que algunas sociedades de bolsa tienen vinculaciones con cooperativas en el negocio del descuento de cheques, «entonces, como los bancos quieren evitar tener trato con ellos, por sea caso se las cierran también. No es negocio, ya que les cobran por una cuenta lo mismo que a una empresa, pero las contingencias son mucho mayores».
En rigor, para prevenir el lavado de dinero, varias sociedades de bolsa están exigiendo a los clientes que las transferencias electrónicas de fondos deberán efectuarse exclusivamente desde cuentas de la propia titularidad en entidades financieras del país.