La decisión que tomó este viernes el Banco Central, de salir a vender contratos de dólar a 2016 para desactivar las expectativas de devaluación, podría llevarlo a pagar $ 244 millones el año próximo si se convalida el tipo de cambio que prevén los inversores en el exterior.
Sucede que el organismo realiza sus ventas a un precio muy por debajo del que en realidad tienen en mente los operadores, en un esfuerzo por hacer caer las tasas implícitas de los contratos. Pero esto podría obligarlo a desembolsar la diferencia que exista (si es positiva) entre el tipo de cambio oficial que rija el día de su vencimiento y el precio pactado originalmente.
El propio Banco Central salió a destacar este viernes en un comunicado que sus operaciones hicieron caer en diez puntos porcentuales las tasas «teóricas» de devaluación que están implícitas en el mercado local. Según informó, decidió vender en el Rofex y el Mercado Abierto Electrónico (MAE) contratos por un total de u$s 188 millones entre diciembre de 2015 y marzo de 2016. Los precios se ubicaron hasta $ 1,50 debajo de los tipos de cambio previstos en Nueva York, donde los inversores creen que el dólar llegará a los $ 11,73 a fin de año; y a los $ 13,03 en doce meses.
Las expectativas que se ven en esa plaza del exterior no parecen exorbitantes. El mercado entero cree que hoy el tipo de cambio oficial se ubica muy por debajo de su valor de equilibrio (es lo que explica que las compras de dólares sean siempre mayores que las que puede convalidar, con los dólares que hoy tiene, el Central); y que podría ubicarse fácilmente por encima de los $ 10 actuales si el próximo Gobierno resolviera levantar el cepo cambiario (en la consultora de Miguel Bein, una de las más «moderadas» en estas cuestiones, consideran que hoy el atraso cambiario es cercano al 10%). Si además se considera que este precio se verá afectado por la inflación, como el resto de los bienes de la economía, en doce meses estos $ 10 equivaldrán a $ 12,50 de entonces. En Nueva York, el valor en ese plazo es de $ 13,03.
De esto surge que, si se convalidaran estos precios, el BCRA deberá pagar $ 32 millones por los contratos vendidos a diciembre de 2015; $ 44 millones por los de enero 2016; $ 43,5 millones por los de febrero 2016 y $ 124,4 millones por los de marzo 2016. La suma da como resultado $ 244 millones que afectarán la emisión y el patrimonio del BCRA el año que viene.
Los contratos de dólar a futuro sirven a las empresas como un seguro de cambio, porque les permite cubrirse ante una posible suba del dólar. En este contexto, por ejemplo, son una gran ayuda para los exportadores que hoy deben animarse a liquidar en el mercado de cambios oficial, a sólo $ 8,80, las divisas recibidas de sus clientes del exterior. Las compañías suscriben un contrato al valor que indica la pizarra para ese plazo, pero si en su vencimiento el precio llega a ser mayor, reciben una compensación del Central.
Como sucede luego de cualquier intervención, los precios actuales del mercado local no muestran la verdadera información de los agentes del mercado, sino sólo precios establecidos arbitrariamente por el Gobierno en un esfuerzo por desarmar las especulaciones de empresas y particulares que descuentan una liberación del cepo cambiario en una próxima gestión.
Fuente: http://ambito.com/diario/noticia.asp?id=783986