El dólar libre trepó 14% en dos semanas y es negociado cerca de los $1.200, frente a un rendimiento de los bonos del Tesoro en un rango de 2,4% a 2,7% mensual
A partir de la devaluación del peso del 13 de diciembre del año pasado, que elevó al tipo de cambio oficial a los 800 pesos, el Gobierno, de la mano del Banco Central, instó a trazar un sendero de tasas reales positivas en pesos, una herramienta fundamental para mantener a raya las distintas cotizaciones del dólar a lo largo del último año.
Esta línea de tasas estuvo demarcada por los rendimientos de los bonos del Tesoro en pesos –pues se dio a la par de un desarme del stock de Leliq en el BCRA, que se trasladó a títulos soberanos de corto plazo-, que se ubicaron por encima del 2% de crawling peg -devaluación gradual de 2% mensual- y muy por encima del desempeño de los dólares alternativos –libre y financieros– que declinaron rápidamente a partir del 15 de julio, luego de que el ministro de economía, Luis Caputo, adelantó el plan para esterilizar los pesos emitidos por la compra de reservas con una intervención de las mismas proporciones en el MEP y el “contado con liquidación”.
Basta recordar que el retorno en dólares de inversiones en pesos se mantuvo muy positivo para los bonos del Tesoro durante cinco meses, durante los cuales el dólar libre se desplomó 30% o 450 pesos, desde los $1.500 del 12 de julio a los $1.050 del 6 de diciembre. Las paridades bursátiles, en tanto, también descendieron un 25% desde sus máximos nominales.
Se despertó el dólar y amenaza al “carry”
El escenario cambió en las últimas dos semanas. Los dólares alternativos se “despertaron” después de tocar pisos de precios en términos reales desde 2018, y su mínimo nominal desde mayo. El dólar libre acumuló un alza de 145 pesos o 13,8%, a los $1.195 de este miércoles, mientras que el “liqui” trepó un 10,5 por ciento. Por lo tanto, desde el 6 de diciembre el rebote de precios del billete norteamericano arrasó con cuatro o cinco meses de tasa en pesos.
El reciente ascenso del dólar, que en el caso de la paridad del “contado con liqui” fue de 6% entre martes y miércoles de esta semana, superó en 48 horas los rendimientos de los bonos del Tesoro en pesos de dos meses, un movimiento que compromete los beneficios de la estrategia del “carry trade” en el corto plazo.
En rigor, se puede decir que hay dos tipos de “carry trade”. Uno es el que hacen los exportadores e importadores, que tiene acceso al mercado del dólar oficial y saben que la estrategia de crawling al 2% les asegura una diferencia de tasa favorable. El resto de los inversores que hacen la maniobra financiera contra el MEP o liqui corrieron una suerte distinta y borraron las ganancias que habían conseguido con esa maniobra en los últimos meses.
Analistas financieros argumentan que la tendencia se encuadra en una toma de ganancias en dólares previo al fin de año, luego de amplios beneficios obtenidos con títulos públicos y acciones en 2024. Además, una dolarización de carteras inversoras en el plano local no es ajena a la repetida devaluación del real brasileño, una dinámica que condiciona el comercio bilateral.
“Hay desarmes de depósitos bancarios y la llegada de saldos de aguinaldos (sueldo anual complementario), más temas impositivos que estacionalmente alientan las coberturas en dólares”, explicó a Reuters un analista de la correduría Bull Market Brokers.
Juan Manuel Franco, economista jefe del Grupo SBS, sostuvo que “el cierre de posiciones de carry trade, que han dado fenomenales ganancias en los últimos meses, podría presionar también la cotización. Recordamos que el (peso frente al) dólar ‘contado con liquidación’ en términos reales viene apreciándose fuertemente en los últimos meses”.
Los analistas del Grupo IEB (Invertir en Bolsa) señalaron que “se consolida el camino de desinflación y el fin de la ‘carrera de la nominalidad’ que caracterizó al año 2023, con la inflación desacelerando por tercer mes consecutivo y allanando el camino para la baja del crawling peg al 1% mensual”. Y añadieron que “la curva de tasa fija venía corrigiendo debido a los datos de inflación de alta frecuencia que median una aceleración de los precios en noviembre respecto a octubre. Finalmente el dato de inflación que sorprendió al mercado positivamente hizo que el tramo largo de la tasa fija saltara hasta 2%. Este buen dato mejora las perspectivas con respecto a la posibilidad de bajar el ritmo del crawling, que retroalimentaría la baja de inflación al comienzo del próximo año”.
“Recordemos que la tasa fija había estado bajo presión desde el 13 de noviembre y que tras la baja de tasas del BCRA de 3 puntos porcentuales en la tasa de política monetaria (de 35% a 32% nominal anual) y el dato de inflación de noviembre de 2,4%, el cual sorprendió positivamente incluso al propio Gobierno, los rendimientos de la curva de Lecap y Boncap ajustaron significativamente hasta el rango de 2,7%-2,4% de tasa efectiva mensual”, precisaron desde Portfolio Personal Inversiones.