En el primer bimestre del año –últimos datos publicados– el rojo trepó a $45.677 millones, un 76,8% superior a igual período de 2014. Así, en todo el año proyecta llegar a los $400.000 millones.
El déficit propio de la Tesorería Nacional – sin incluir a dependencias como la ANSeS, los organismos descentralizados y los fondos fiduciarios– alcanzó en 2014 la friolera de $249.613 millones, casi duplicando el rojo de 2013. Y en los dos primeros meses de 2015 sumó un déficit de $45.667 millones, que equivale a un incremento del 76,8% con relación a igual bimestre de 2014. Por este camino, este año bien contabilizado, el déficit de la Tesorería podría rondar los $400.000 millones y romper así un nuevo récord.
Incluso si se suman todas las cuentas públicas, el panorama sigue siendo muy adverso. En base a los números de enero-febrero de 2015, la consultora ACM señala que “el déficit fiscal, fruto de una nueva ampliación de la brecha entre ingresos y gastos, es más del doble que el de un año atrás (111% en términos interanuales). En este marco, y dado el año electoral, esperamos un resultado fiscal primario “ajustado” (neto de rentas del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSeS y utilidades del Banco Central) negativo y cercano a los $250.000 millones (5,2% del PBI), que se amplía hasta los $295.000 millones (6,2% del PBI) si se suma el pago de intereses”.
Y agrega: “Las estadísticas fiscales del primer bimestre continúan mostrando un deterioro en el resultado fiscal ‘ajustado’ que es, hoy, casi 3 veces mayor al del primer bimestre 2014. Más aún, el déficit acumulado de los últimos doce meses representa 5% del PBI, el mayor de los últimos 25 años. La ejecución fiscal muestra nuevamente una divergencia entre las trayectorias de ingresos y gastos en el primer bimestre, que obligan a revisar las perspectivas para el año”.
En la misma línea de razonamiento, la consultora Ledesma proyecta “que el déficit primario real se incrementará significativamente y se ubicará en torno a 6,1% del PIB. En tanto, y dado lo señalado para los intereses de la deuda pública, el déficit financiero real se aproximará a 8,3% del PIB”.
Este “rojo” fiscal creciente más los vencimientos de los servicios de la deuda pública se vienen cubriendo con emisión monetaria y “adelantos transitorios” (que se renuevan en forma indefinida) del Banco Central. Y como el BCRA ya está bastante esquilmado por el Estado, la Tesorería salió directamente a colocar deuda nueva tanto en pesos como en dólares, elevando de manera significativa el endeudamiento público, a tasas de interés más que onerosas, que deberán afrontar los futuros gobernantes.
En base a la emisión de deuda por parte de la Tesorería, ACM señala “que el creciente déficit fiscal limita, en parte, el efecto “positivo” que podría tener sobre la política monetaria la implementación de una política de financiamiento menos concentrada en el BCRA. En consecuencia, de no mediar cierta moderación fiscal, y dadas las necesidades financieras, seguimos previendo una asistencia financiera de la autoridad monetaria mayor a la de 2014 ($310.000 millones; 6,2% del PBI), incluso asumiendo mayores emisiones de deuda en los próximos meses”.
En un año electoral resulta más que ilusorio que el Gobierno apele a una “cierta moderación fiscal”, como se esperanzaron algunos analistas. Más bien se espera lo contrario. Inclusive el superávit de la ANSeS, incluyendo los intereses que percibe el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, en términos reales ha ido disminuyendo en los primeros meses de 2015 por la incorporación de más jubilaciones por moratoria.
Todo esto pasa, además, con una presión tributaria récord que sigue aumentando por la falta de actualización, entre otros, de los impuestos a las Ganancias y Bienes Personales.
Fuente: http://www.ieco.clarin.com/economia/Tesoreria-deficit-record_0_1350465242.html