• En abril el stock aumentó el 9%.
• Ayudan tasa y dólar “planchado”.
• ¿Y después de las elecciones?
Una verdadera lluvia de pesos recibieron los bancos durante abril, según datos del BCRA: el stock de plazos fijos del sector privado se incrementó en nada menos que $ 30.000 millones, subiendo hasta los $ 356.000 millones. Se trata de un incremento inédito al menos en los últimos ocho años, ya que representó una suba del 9% y de casi el 26% en los primeros cuatro meses de 2015. La estabilidad del tipo de cambio, tanto en lo que respecto al dólar oficial como al «blue», incentivó las colocaciones en moneda local. También el piso de tasas que dispuso el Central desde que Alejandro Vanoli lo preside. Si bien hubo una disminución gradual de rendimientos, el piso del plazo fijo a 30 días es del 22,8% anual y para plazos más largos del 23,40%. Si bien no se trata de tasas extraordinarias, claramente le siguen ganando al dólar y están bastante cerca de lo que es la inflación de los últimos 12 meses.
El BCRA también intervino en el dólar futuro para reducir las tasas implícitas y consiguió que bajaran sustancialmente. Así, para muchos inversores es negocio posicionarse en pesos y al mismo tiempo cubrirse con este instrumento. Por otra parte, el Central parece dispuesto a hacer todos los esfuerzos posibles para que la situación cambiaria se mantenga estable hasta las elecciones. Prueba de ellos son los u$s 500 millones mensuales de que se desprende para satisfacer la demanda del dólar «ahorro». Sucede que hay tanta liquidez en el mercado que hay recursos para todo: en abril hubo récord de aumento de plazos fijos en pesos, pero también fue récord la demanda de dólares al valor oficial.
La explicación respecto de este gran nivel de liquidez que se observa en el sistema reside en el comportamiento de la base monetaria, que volvió a crecer a niveles anteriores a la gestión de Juan Carlos Fábrega en el BCRA. Es decir que hay que retrotraerse a 2013 para observar un aumento interanual de estas características. En el último mes, este indicador, que muestra la cantidad de dinero que circula, creció casi $ 29.000 millones y el ritmo de incremento interanual ya está en el 33%. Semejante incremento presagia nuevos saltos inflacionarios (aunque posiblemente hacia fin de año) y renovadas presiones cambiarias.
Parece toda una contradicción que por un lado se ponga el foco en evitar volatilidad cambiaria, pero al mismo tiempo crezca tanto la cantidad de dinero en la economía. El Gobierno apuesta a que este aumento de la cantidad de dinero permita bajar más la tasa de interés y darle más impulso al consumo. Si aparecen distorsiones, en todo caso habrá que abordarlas luego de las elecciones.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=790020