Pidieron al juez Griesa considerar como «deuda externa», pasible de embargo, a los bonos emitidos bajo ley local. De lograrlo, podrían bloquear el principal pago del año
Los fondos buitre pidieron ayer al juez de Nueva York, Thomas Griesa, congelar los pagos de vencimientos del Bonar 2024, el título con que la Argentina consiguió u$s 1415,9 millones el pasado 22 de abril. Los demandantes reclamaron al magistrado declarar al Bonar 24 «deuda externa», lo que lo haría embargable, e impedir pagos de intereses y capital de ese bono «y otra deuda externa».
Si Griesa y las instancias superiores convalidan el pedido de Aurelius Capital, Blue Angel y otros holdouts, los bonos de ley argentina que no integraron los canjes de 2005 y 2010, hasta ahora a salvo de la justicia de Estados Unidos, podrían trabarse. Además del Bonar 24, el Boden 2015, que el 3 de octubre pagará u$s 6000 millones, está en ese limbo.
Los litigantes reclamaron a Griesa «una declaración judicial de los bonos Bonar 2024 como deuda externa» y pidieron prohibir a la República «realizar pagos de intereses y/o capital de los bonos Bonar 2024 y otra deuda externa a menos que un ?pago proporcional? sea hecho» a los demandantes. Ese «pago proporcional», había definido Griesa, es el total de la sentencia a favor de los fondos buitre por u$s 1330 millones más intereses (unos u$s 1700 millones), sin contar demandas me too (u$s 5400 millones más).
El nuevo pedido a Griesa llega luego de que los fondos buitre pidieran conocer detalles de la colocación de Bonar 24, con la sospecha de que los bancos Deutsche y BBVA y el fondo Marathon ayudaron al país y, por lo tanto, evadieron órdenes judiciales. Como Argentina ya se hizo del dinero, ahora intentan bloquear los pagos de intereses (el próximo es el 7 de noviembre) y capital (recién en 2019), y futuras colocaciones.
Para eso necesitan que Griesa declare a estos títulos emitidos bajo ley argentina como «deuda externa». Se trata, según expertos y funcionarios consultados, de una interpretación retorcida. El argumento de los holdouts es que el Bonar es deuda externa porque fue tomado por inversores extranjeros, a pesar de haberse emitido en el país bajo ley local. Primero, para pagar a Repsol y, semanas atrás, para financiar obras y sumar reservas.
«Argentina distribuyó en el mundo una invitación a suscribir los bonos Bonar 2024, y los bonos Bonar 2024 fueron luego transados en Europa y Estados Unidos por el Deutsche Bank y otros bancos internacionales y comprado por inversores casi exclusivamente fuera de Argentina», afirmaron los holdouts.
Para el Ministerio de Economía, la colocación es «deuda doméstica denominada en moneda extranjera, que nada tiene que ver con la jurisdicción del juez Griesa». En la interpretación oficial, la definición de deuda externa contenida en el Fiscal Agency Agreement, un acuerdo suscripto por Argentina que rige a la deuda emitida en 1994, defaulteada y en poder de los buitres, implica realizar colocaciones en el exterior, con roadshows y leyes foráneas. Eso no ocurrió con el Bonar 24.
Ese fue el argumento que usó Argentina al defender la exclusión de las órdenes de Griesa de los bonos Discount y Par en dólares y ley argentina que debía pagar Citibank. Griesa, en esa ocasión, evitó diferenciar entre deuda interna y externa y consideró que su sentencia hablaba de «bonos del canje». La orden primaria de Griesa, de febrero de 2012, sostiene que la cláusula de pari passu o tratamiento igualitario, por la cual Argentina no podría pagar otros bonos sin antes saldar la deuda con los holdouts, no puede violarse con relación a otra deuda externa presente o futura y luego prohíbe el pago de los bonos del canje, sin discernir aquellos externos de los internos. Ahora, los fondos buitre piden ampliar esa orden, que hasta hoy alcanza a los bonos del canje, a toda la deuda externa. «Es claro que la República está embarcada en un esfuerzo sistemático para evadir las órdenes de cortes de Estados Unidos indefinidamente», afirmó el fondo NML en un comunicado.
«Hay tres puntos en contra del Gobierno. El anuncio del aumento de reservas con la colocación, la colocación de bonos a Repsol en España y el canje de Boden 15 por Bonar 24», opinó Marcelo Etchebarne, abogado del estudio Cabanellas Etchebarne Kelly. «Lo curioso es que (…) no atacan al Boden 15 que claramente es deuda externa porque se lo ofrecían enteramente a Venezuela (…). Quizá sea para permitir su pago y que caigan las reservas», continuó.