• El envío de utilidades al exterior fue de U$S 55 M en el primer trimestre
El endeudamiento del exterior que contrajo el Banco Central para hacer frente a la escasez de dólares no alcanza, al menos por ahora, para garantizar a las empresas todas las divisas que necesitan para desarrollar normalmente sus actividades. Las compañías lo sienten con fuerza tanto en las aprobaciones que reciben para realizar sus importaciones (si bien en las últimas semanas se anunció una leve flexibilización) como en las que obtienen para girar dividendos a sus casas matrices.
Alejandro Vanoli resolvió ajustar el cepo cambiario al máximo no bien se hizo cargo de la presidencia del organismo, y el envío de utilidades se redujo a una décima parte de la que permitían sus antecesores, Juan Carlos Fábrega y Mercedes Marcó del Pont. Los resultados distribuidos por las empresas eran de un promedio de u$s 400 millones trimestrales, en 2013 y en la primera parte de 2014, según el balance cambiario difundido este viernes por el Central. Pero la cifra se desplomó a sólo u$s 45 millones entre octubre y diciembre y a sólo u$s 55 millones entre enero y marzo de este año.
Este freno a importaciones y dividendos es uno de los temas pendientes que tienen en agenda los candidatos presidenciales. En los equipos económicos de Daniel Scioli, Sergio Massa y Mauricio Macri estiman que el monto retenido por el Central ya supera los u$s 6.500 millones en concepto de compras al exterior y los u$s 10.000 millones en divisas a distribuir al exterior. Semejante stock sólo podrá ser liberado parcialmente y negociado, compañía por compañía, una vez que se resuelva terminar con el cepo cambiario.
En estos días, algunos bancos ya decidieron abortar sus intentos de seducir a Vanoli para girar las utilidades que aprobaron en sus respectivas asambleas. El Galicia, por caso, ya informó a la Bolsa porteña que, «considerando las disposiciones de la Comisión Nacional de Valores (CNV) y del BCRA en materia de distribución de resultados», el directorio propuso a la asamblea de accionistas destinar todos sus dividendos obtenidos a la «reserva legal» ($ 631 millones) y a la «reserva facultativa para futuras distribuciones de resultados» ($ 2.500 millones).
Atento a sus dificultades cambiarias, el Central se esforzó en los últimos meses por incluir nuevas normativas que sumaran obstáculos para la distribución de utilidades de los bancos. Una de ellas fue sumar un requerimiento de capital del 1% de sus activos ponderados por riesgo para las entidades de importancia sistémica global en el mercado local. Esto alcanzó para sacar de la lista al Santander, que tenía planeado girar este año u$s 290 millones ($ 2.586 millones). La segunda traba oficial fue disponer que todas las multas que reciben las entidades por sanciones de algún organismo de control fueran consideradas como pérdidas en el balance («previsionadas»). Sólo por sus multas, el BBVA debió dejar de distribuir $ 50 millones. Pero en la propia compañía reconocieron que el impacto por el requisito de capital fue sensiblemente mayor.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=791015