• Dudas por posible reversión de la tendencia tras elecciones.
• El creciente stock de Lebac, otro de los interrogantes.
En medio de un verdadero boom de plazos fijos, los bancos decidieron adoptar una actitud extremadamente cautelosa para manejar esa lluvia de pesos en los próximos meses. A la hora de dar financiamiento privilegian la línea de inversión productiva, ya que están obligados por el Central a cumplir con un cupo. Pero no mucho más: el financiamiento al consumo y al resto de la producción apenas crece y la suscripción de Lebac por parte de la banca privada aumenta en cámara lenta.
La pregunta inmediata es: ¿qué hacen los bancos con la plata? La mayoría de las entidades adoptó una postura muy conservadora y básicamente guardan el efectivo, que tiene como destino los distintos fondos comunes de inversión «money market», que permiten estar colocados a una tasa atractiva (por lo general muy cerca a lo que pagan las Lebac), pero con el beneficio de que tienen liquidez inmediata o a lo sumo en 48 horas. Las cifras son elocuentes en relación con este fenómeno. En lo que va del año, los plazos fijos por parte del sector privado aumentaron un 20% y en términos interanuales cerca de un 35%. En otras palabras, hubo aumento del stock en términos reales, ya que ese incremento supera los niveles de inflación acumulados en los últimos doce meses (alrededor de un 29%).
El crédito, en cambio, tuvo un comportamiento muy distinto. En lo que va del año sube sólo el 6% y un 25% en términos interanuales. Esto deja en evidencia que está aumentando la liquidez bancaria. En las entidades reconocen esta situación y explican que en realidad hay poca demanda crediticia. «A duras penas estamos cumpliendo con el otorgamiento de la línea de crédito productivo que obliga el Central», señaló ayer el ejecutivo de un banco privado. Esta situación se repite en prácticamente todos los bancos del sistema, que salieron a dar fuertes incentivos a sus empleados para cumplir con los cupos correspondientes que obliga el BCRA. El motivo es que en caso de no llegar, las multas son muy significativas, equivalentes a un encaje del 100% del monto que no se haya colocado a junio.
«Bajó mucho la demanda de empresas y cuesta encontrar compañías que tengan planes de financiamiento, aun cuando la tasa sea muy conveniente», señalan los bancos. Según dispone el Central, esos créditos deben volcarse al 19,5% anual en pesos, cuando el costo de financiamiento promedio para una empresa ronda el 27%. La «artillería» de las entidades se concentró en estas líneas, mientras que el financiamiento al consumo se estancó notablemente respecto de otros niveles que se observaban en el pasado. Las líneas de préstamos personales, por ejemplo, suben un 10% y se aceleraron un poco en los últimos 30 días. Se descuenta que en pleno proceso electoral el BCRA prolongará la obligación de mantener este financiamiento, por un monto cercano al 6% de los depósitos del sector privado. Claro, que como estas colocaciones subieron muy fuerte en la primera parte del año, también aumentará la colocación de esta línea específica.
En el caso de las Lebac, el «negocio» para los bancos luce sin riesgo. Toman depósitos al 23% y prestan a tasas de entre el 26% o el 28% al Central. Pero no todo lo que brilla es oro. «Hay un descalce de plazos que no es menor. Nosotros tomamos depósitos a 30 días y tenemos que colocarle al BCRA como mínimo a 90 días. Y si queremos tasas más altas, el plazo supera los 180 días». Este dato que parece menor no lo es tanto, cuando se tiene en cuenta que se aproxima un período preelectoral, en el que aumenta la dolarización de cartera. El peligro es, en este caso, que un retiro de depósitos en pesos obligue a los bancos a buscar cash. Y una posibilidad es salir a vender Lebac en el mercado secundario, pero con un descuento. Por eso, la opción de mantenerse con altas posiciones de efectivo se impone, con el objetivo de evitar cualquier sorpresa en estos meses de incertidumbre que se avecinan.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=791585