Los bonos que emitirán las empresas este año seguirán la expectativa que la tasa Badlar salte por lo menos 5 puntos cuando el próximo presidente devalúe o quite el cepo
Las emisiones de obligaciones negociables (ON) se están adaptando a la expectativa de una suba de la tasa Badlar tras las elecciones presidenciales. Los inversores prevén que un cambio en la política cambiaria obligue a elevar la tasa que pagan los plazos fijos, por lo menos 5 puntos porcentuales, para retener los pesos en el sistema, por lo que las empresas están cambiando las emisiones de sus bonos para captar esos rendimientos: reducen los tramos a tasa fija para que no pasen de este año y amplían los que se guían por la tasa variable, según coincidieron los colocadores consultados.
Desde fines del año pasado, las empresas que emiten deuda buscaron seducir a los inversores armando estructuras mixtas: para un plazo de 18 meses, un tramo de nueve meses a tasa fija, que permite a los inversores cobrar por encima de la Badlar, hoy planchada en 20,5% por la fuerte liquidez (también se emitieron ON atadas a las tasas de las Lebac que emite el Banco Central (BCRA)). El otro tramo de nueve meses se ata a la Badlar más una sobretasa.
La razón de la salida de estos bonos híbridos es que las empresas no querían convalidar una sobretasa sobre la Badlar de unos 800 puntos básicos para competir con la tasa que paga el BCRA (que rozó el 30% a un año de plazo).
Pero hoy los inversores ya no quieren que los pagos a tasa fija superen 2014.
«Hay algunos inversores que te piden hacer los tramos fijos más cortos ahora para no pasar el año. Hay una tendencia a acortar los plazos de tasa fija. La expectativa es que suba la Badlar porque si hay algún toque en el tipo de cambio, las tasas deberían acompañarlo», dijo un banco colocador.
Los colocadores están, entonces, armando y recomendando estructuras que acortan el tramo a tasa fija a seis meses y extienden el tramo atado a la Badlar a doce meses. Y se entiende que a medida que avance el año, el tramo a tasa fija tenderá a desaparecer. Los inversores dicen que en las primeras emisiones podrían pedir un spread de 500 puntos como piso.
A otros inversores no les gusta la estructura mixta, por lo que algunas empresas podrían emitir ON atadas solamente a la tasa variable asumiendo sobretasas más elevadas. O dada las expectativa de cambio en las tasas de interés, otra estructura que podría captar esas variaciones es una que pague la tasa más alta entre la Badlar más un spread y una fija determinada.
«La visión en el mediano plazo es que la Badlar va a subir. Después de las elecciones, si se quiere hacer una devaluación o evitar una devaluación más importante, se tendrá que subir la tasa de los plazos fijos. O para salir del cepo cambiario, para que la gente no se vaya al dólar, como la zanahoria que compense», dijo otro banco colocador, que estima que la Badlar podría saltar a 30%, para luego retroceder a niveles más altos que los actuales.
La otra visión es que si la corrección cambiaria se hiciera gradualmente, la Badlar podría subir escalonadamente hasta un 25-26%.
«Como inversor no trataría de ir a tasa fija mucho más allá de enero de 2016», coincidió un fondo común de inversión. «De una emisión corporativa que no tiene liquidez es más difícil salir si cambia la perspectiva de mercado. A una Lebac, a tasa fija, la puedo desarmar», agregó.
En cambio, los bonos atados a la devaluación del peso no son atractivos para los inversores, por lo que las empresas deben pagar una sobretasa de 5 puntos. Se entiende que entre agosto y octubre podrían volver a abaratarse.
Hoy las ON se emiten para financiar capital de trabajo o fondear a financieras.