Los precios varían según cada pizarra, pero bancos lo venden en torno de $ 12,31, casas de cambio alrededor de $ 12,38 y en el interior a $ 12,50, contra $ 12,66 del blue
Las ventas de dólar turismo cayeron en mayo a u$s 26,5 millones, un mínimo que no se veía desde junio del año pasado.
El fenómeno obedece a que, con la retención del 35% de AFIP sobre el valor del oficial, termina costando casi lo mismo que el blue. Las pizarras de los bancos lo tienen en torno a $ 9,12, que con el 35% arroja un valor de $ 12,31, mientras en las casas de cambio se lo ve alrededor de $ 9,17, que con el 35% se va a $ 12,38.
En Córdoba, la segunda ciudad en demanda de turismo después de Buenos Aires, la cotización puede llegar hasta los $ 12,50, contra un blue que ayer cerró en $ 12,66.
De la mano de la caída de ventas por turismo, subió el monto promedio otorgado, que fue u$s 904 per cápita el mes pasado, contra u$s 838 en abril y u$s 820 en marzo, aunque en febrero era mayor: u$s 939.
Con respecto a la alícuota del 35%, si bien luego se puede descontar por ganancias o bienes personales, hay que esperar hasta abril o mayo para la devolución, con la pérdida de poder adquisitivo por efectos de la inflación, y sólo lo suelen hacer los empleados en relación de dependencia que pagan el impuesto a las ganancias.
En los bancos el precio suele ser mejor por el hecho de que no es abierto a público: hay que ser cliente para poder comprar, mientras en las casas de cambio cualquiera autorizado por la AFIP está habilitado.
Pero para conseguir monedas de algunos países específicos hay que ir a las casas de cambio, porque los bancos sólo suelen vender dólares y euros. En las sucursales aconsejan dirigirse hasta las casas matrices en el microcentro para poder obtener reales y uruguayos. Cuando se trata de comprar monedas sin liquidez, los bancos comerciales no tienen o el spread (diferencia entre el precio de compra y el de venta) es muy alto.
Las casas de cambio suelen tener un spread más conveniente de monedas regionales. Incluso, se da la paradoja que tanto el real blue, como el peso uruguayo blue, en temporada alta tienen mejor spread que el sector formal de venta.
Otra de las situaciones es que en las pequeñas ciudades del interior del país se hace difícil hasta obtener dólares, y muchas veces los residentes deben ir a alguna ciudad cercana más grande para poder lograrlo. En la propia Santiago del Estero, por ejemplo, están varios días sin liquidez en billetes, y suelen avisar que el camión de caudales llegará recién en 72 horas, por lo que se hacen largas filas para extraer. Quienes están apurados, entonces, recurren al blue.
Pero en las ciudades fronterizas pasa lo contrario: en Formosa, Clorinda tiene más casas de cambio que Formosa capital. Sucede que en frontera muchas veces es tierra de contrabando y ahí se salda todo en dólares o en moneda del país limítrofe.
Hoy quienes más adquieren moneda extranjera para viajes al exterior son las empresas multinacionales, que suelen tener acuerdo con algunas casas de cambio. Cuentan en el ambiente que había dos financieras que, cuando estaban activas, eran cambistas corporativas por excelencia: «Por eso también hacían mucho blue, tenían a clientes pesados de empresas», revelan en las profundidades de la City porteña.