Del total de ingresos obtenidos por el doble cultivo de trigo y soja en zona núcleo, el 40% queda en manos del Estado nacional, las provincias y municipios y 51% cubre gastos
Un productor que siembre trigo seguido de soja en la zona núcleo agrícola del país en campo propio se quedará con el 9% de las ganancias, mientras el Estado obtendrá el 40% y el resto (51%) será destinado a pagar los gastos. Así se desprende de un trabajo realizado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) que calculó los ingresos de producción en 200 hectáreas de campo propio, aplicando un buen paquete tecnológico (fitosanitarios, fertilizantes, etc.) ?algo que, dados los resultados, muchos descartan ya para esta campaña? e incluye los costos de producción, flete y estructura, además de los impuestos nacionales, provinciales y municipales, excluyendo algunos, como Ingresos Brutos, suponiendo que el productor está radicado en Santa Fe y produce para vender dentro de la misma provincia.
Según la BCR, el margen bruto combinado de este productor (por hacer soja y trigo) ascendería a u$s 310,16 por hectárea de los cuales el productor debe destinar un 44% para pagar tributos que incluyen el impuesto a las Ganancias, el costo financiero anual de la inmovilización del saldo técnico del IVA, el impuesto a los bienes personales, las erogaciones por el impuesto a los débitos y créditos bancarios, la tasa vial o de mejora de caminos, Impuesto de sellos, impuesto inmobiliario provincial y las retenciones.
En números reales, el productor recibe por su trigo y soja un ingreso bruto de u$s 1.217 de los cuales le quedan 165,04 luego de pagar todo, mientras el Gobierno nacional y el provincial reciben por la actividad de este productor aproximadamente u$s 717,56 por hectárea.
Para la BCR, «es alarmantemente bajo el margen bruto en el cultivo de trigo» y aseguró que «para incentivar su cultivo sería necesario eliminar los derechos de exportación». El precio de venta del trigo en diciembre o enero próximo se estima en u$s 142 por tonelada, aunque inclusive podría ser menor.
Según la BCR, «el bajo margen bruto del trigo es el causante principal de que numerosos especialistas estimen hoy que la caída del área sembrada de trigo a nivel regional (en la actual campaña) podría llegar a estar situada entre el 20% y el 25%, respecto del ciclo anterior. A nivel nacional, la merma podría alcanzar el 7%, aunque la BCR aún no tiene estimaciones propias.
Para la Sociedad Rural Argentina (SRA), el sector triguero está «atravesando la peor crisis económica de la última década». Así lo indicó en un comunicado la entidad, que agregó que «la caída mundial del precio de este cereal impacta con mayor crudeza en el productor argentino que paga retenciones por el 23%, tiene una inflación superior al 30% y recibe un precio significativamente menor que sus competidores internacionales» por las restricciones a la exportación que no permiten a los compradores locales competir con los internacionales.