Aunque el mercado descontaba la orden del juez Griesa, la decisión contribuyó a reforzar el precio de los bonos. Los títulos que entraron en default en 2001 ya cotizan a u$s 152, tras superar su último máximo de u$s 132. Los especialistas consultados consideran que la cercanía de las elecciones también contribuyó a un incremento en el precio de los activos, que también dependen de cómo mida la oposición
Las victorias que obtuvieron este año los holdouts en las cortes norteamericanas junto a la proximidad de las elecciones impulsaron a los bonos que entraron en default en 2001, convirtiéndolos en los títulos de deuda con mejor desempeño entre los emitidos por Argentina.
Mientras que los bonos del canje flaquearon en sus precios el mes pasado y ahora se mantienen prácticamente planchados – aunque conservan un buen valor – los untendered alcanzaron niveles máximos.
De acuerdo a datos del fondo Seaport Group y Caracas Capital Markets, los títulos en default ya cotizan en u$s 152, tras superar su último récord de u$s 132.
«Creo que el catalizador de la fuerte recuperación de los untendered ha sido la serie de fallos judiciales que impulsaron el nivel de confianza de los acreedores en sus demandas y la probabilidad de que habrá un acuerdo, incluso si esto implica esperar un largo plazo antes de obtener la gran recompensa», dijo Michael Roche, estratega de mercados emergentes de Seaport Group.
Los títulos valían u$s 50 antes de que la Corte Suprema norteamericana rechazara la apelación argentina el 16 de junio del año pasado, pero en el transcurso de dos meses los títulos más que duplicaron su valor – alcanzaron los u$s 125 en agosto – ante las expectativas de que la Argentina acordaría con los holdouts para evitar el default.
Tras el evento de impago, los bonos cayeron hasta niveles cercanos a los u$s 100 y pasaron a cotizar u$s 120 a fines del año pasado, al descontar que la Argentina comenzaría a negociar con los holdouts tras el vencimiento de la cláusula RUFO, alcanzando un techo de u$s 132.
Durante el transcurso del rally, explicó Roche, los inversores empezaron a diferenciar precios entre los bonos untendered, sobre la base de que el paso del tiempo a partir de la fecha del vencimiento de los títulos era más importante que los principios de derecho de la ley Nueva York, a la hora de definir la prescripción en la presentación de una demanda ante el tribunal. En el caso de la ley Nueva York, este período es de seis años.
Por esta razón, los bonos denominados en dólares con vencimiento original en o antes de 2008 cotizaban con un descuento en relación a los bonos con vencimientos superiores a 2008 y ésto todavía se mantiene – actualmente cotizan en $140.
Sin embargo, un evento clave fue que el fallo del juez Griesa no diferenció ninguno de los bonos argentinos en las demandas de los acreedores de títulos en default, conocidos como «mee too», los incluyó todos, anulando así las preocupaciones sobre las limitaciones.
A través del fallo, Griesa ordenó a la Argentina pagarle u$s 5400 millones a los «me too», extendiendo la deuda con holdouts hasta u$s 7000 millones.
Para Russ Dallen, socio de Caracas Capital Markets, el fallo de los «me too» ayudó a «solidificar» la base firme que tienen los bonos en default aprovechando que el caso NML también se aplica a ellos. «Un desarrollo esperado, pero es bueno que todos tengan los mismo plasmado en papel», agregó.
«Los untendered argentinos estuvieron subiendo lentamente, en línea con nuestras expectativas, a medida que nos acercamos a las elecciones y al año que viene, dependiendo en como la oposición esté midiendo», sostuvo Dallen.
Aunque Macri está detrás de Scioli en las últimas encuestas, están cerca, argumentó Dallen, para quien existe la creencia de que a Macri le irá mejor una vez que los otros candidatos estén fuera de la contienda electoral y ésta se convierta en una difícil elección de una continuación de los Kirchner o el cambio, «siendo éste un poderoso concepto de campaña».