La mayor corrección se registró en la posición de los NDF que cotizan en Wall Street a diciembre de este año. La expectativa quedó atada a las próximas mediciones
Si bien el mercado esperaba que la definición de las candidaturas presidenciales entrara en cuenta regresiva, la definición de la fórmula del oficialismo con Carlos Zannini como vicepresidente aceleró la volatilidad cambiaria la semana pasada e incubó, entre los inversores, mayores expectativas devaluatorias para el próximo gobierno.
Aunque con algunos controles el Banco Central (BCRA) trata de contener mayores subas en los tipos de cambio alternativos, como el contado con liqui y el blue, que tomaron nota de los últimos acontecimientos políticos, en el mercado futuro de dólar en el exterior (en inglés Non-Deliverable Forward, NDF), el impacto político tuvo una repercusión mayor.
Libre de controles y efectos cambiarios, en el exterior la curva de NDF pegó un salto en la última semana, según cálculos de la consultora Quantum. La mayor corrección se registró en la posición de diciembre, con un salto de 64,5 centavos por dólar seguido por la de enero, de 56,3 centavos por dólar.
Es decir que en Wall Street los inversores ahora están dispuestos a convalidar contratos de compraventa de dólares a seis meses a un precio de $10,50 mientras que hasta el 11 de junio ese valor era de $9,86.
Para hacerse de dólares en enero de 2016, el mercado acepta un tipo de cambio de $11,02 cuando hace dos semanas el valor pactado era $10,46.
En tanto, los contratos de futuro a un año (junio de 2016) ahora reflejan un tipo de cambio de $13,10 frente a los $ 12,70 que marcaban hace dos semanas.
«La curva completa se movió para arriba. Al contemplar las diferencias entre posiciones del tiempo en diciembre y enero tenes la mayor corrección. En definitiva toda la curva pegó un salto discreto. La apuesta a Scioli como un candidato con algún tipo de cambio no se estaría percibiendo en el mercado cambiario», dijo Fernando Baer, ejecutivo de Quantum.
Para el economista, la idea de que continúe la actual política económica revela que el tipo de cambio no puede estar anclado en este nivel. Ahora no está del todo claro que las reformas necesarias, como el arreglo con holdouts, se vayan a impulsar en forma inmediata, que con un presidenciable más moderado. A menor ingreso de capitales, menos reservas y mayor el nivel de devaluación que requerirá la política cambiaria.
Según explicó Federico Muñoz, hay un reconocimiento de un fuerte atraso cambiario y que la administración actual va a resistir hasta el final de su mandato sin devaluar.
«Lógicamente se van incubando expectativas devaluatorias para el próximo gobierno. Estas se ven alimentadas por la aceleración de la expansión monetaria en las últimas semanas. Si a eso le agregás que las últimas novedades en el terreno electoral no cayeron bien en los mercados, eso repercutió en una vocación para tratar de dolarizar carteras, cuyo reflejo es el aumento del dólar futuro en New York», explicó Muñoz.