Los depósitos en moneda extranjera encajados en la autoridad monetaria y la deuda contraída con terceros, más que nada el swap con el Banco Popular de China, suman cerca de u$s 15.700 millones, prácticamente la mitad del nivel al que cerraron ayer las reservas. En lo que va del año las reservas tuvieron ingresos por la ventanilla financiera por casi u$s 3500 millones
La mitad de las reservas del Banco Central (BCRA) no pertenecen a la entidad sino a terceros, según un informe privado distribuido ayer. La mayor parte del crecimiento de reservas en lo que va del año se explica por el ingreso de financiamiento de largo plazo, ante la caída de la relevancia de las divisas comerciales en el balance cambiario.
Las reservas internacionales de la entidad que conduce Alejandro Vanoli llegaron ayer a los u$s 33.813 millones, tras una caída diaria de u$s 6 millones a pesar de compras oficiales en el mercado cambiario por u$s 10 millones.
Pagos por importaciones energéticas por u$s 45 millones, del sector automotriz por u$s 31 millones a organismos internacionales por u$s 3 millones y otras variables no detalladas por la entidad explicaron la baja.
En lo que va del año las reservas internacionales del BCRA ganaron u$s 2.380 millones. Con datos actualizados hasta el 12 de junio pasado, la entidad que conduce Vanoli explica que esa suba responde a ingresos financieros (swap inclusive, que el BCRA agrupa en el concepto de «otros») por u$s 3472 millones, compras de divisas por u$s 1471 millones y salidas por u$s 2572 millones debido a pagos de deuda y retiros de depósitos en dólares.
Precisamente esa naturaleza eminentemente financiera del crecimiento de las reservas es la que llama la atención de los analistas.
Según cálculos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) el BCRA no es dueño de casi la mitad de las reservas internacionales que informa.
Estimaciones en base a datos de la autoridad monetaria actualizados hasta el 29 de mayo marcan que la deuda con terceros contabilizada como reservas alcanzó los u$s 8400 millones.
Además, otros u$s 7300 millones en reservas corresponden a encajes de depósitos en moneda extranjera que hacen los bancos, con lo cual están sujetos a eventuales retiros de los titulares de esas cuentas.
Estos dos conceptos combinados equivalen al 47% del total de las reservas internacionales.
«La cifra está compuesta más que nada por las inyecciones del swap acordado con el Banco Popular de China», dijo Nadin Argañaraz, titular del IARAF.
«El hecho de que las reservas no sean propiedad del BCRA no quiere decir nada respecto al poder de fuego del banco ante una eventual corrida cambiaria, pero sí es un termómetro de cómo es el flujo de divisas en tiempos de cepo, trabas a las importaciones y otros límites que no evitan que sigan saliendo divisas del país.
El endeudamiento del BCRA y del Tesoro marca el costo de intentar reactivar la economía sin crear nuevas presiones inflacionarias ni sobre el tipo de cambio», dijo.
El crecimiento del peso de la deuda en reservas es una necesidad que surge por los magros resultados que obtiene la autoridad monetaria en el mercado cambiario a pesar de trabas y cepos.
Según consigna el IARAF, en los primeros cinco meses del año la liquidación de divisas del agro cayó 25% en comparación con el año pasado. Fueron u$s 7992 millones los que entró el sector al país como resultado de sus ventas al exterior frente a los u$s 10.782 millones que habían liquidado las cerealeras exportadoras en mismo período de 2014.
En ese período el BCRA compró u$s 1269 millones en el mercado cambiario mayorista, es decir el 16% de las divisas que ingresó el agro durante este año. La proporción se derrumbó respecto al año pasado, cuando el BCRA compraba el 35% de los dólares que entraba el agro.