El primer ministro heleno ya había confirmado que mañana iba a haber feriado bancario pero esta misma noche extendió la medida hasta el 6 de julio.
Los bancos griegos estarán cerrados por una semana, hasta el 6 de julio, y se establecerán límites a los retiros de cajeros automáticos, confirmó esta noche un funcionario del Gobierno, en un intento por resguardar el sistema financiero local.
Tras una reunión de gabinete en la que se aprobaron las medidas, el funcionario dijo que los cajeros automáticos estarán cerrados a primera hora del lunes, pero se reabrirán en la tarde.
Los retiros diarios estarán limitados a 60 euros, dijo el funcionario.
Las transacciones electrónicas estarán permitidas dentro del país, pero las internacionales estarán prohibidas.
Alexis Tsipras había anunciado esta tarde que mañana no funcionarían los bancos y que se realizarán controles de capitales en Grecia, y culpó a sus socios europeos y al Banco Central Europeo por forzar al país a tomar estas medidas. La bolsa de Atenas también permanecerá sin operaciones.
Los prestamistas griegos, que se han mantenido a flote a través del financiamiento de emergencia del banco central, están en la línea de fuego en caso de que Atenas caiga el martes en moratoria por una deuda de 1.600 millones de euros con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El Banco Central Europeo (BCE) dijo que no elevaría el nivel del financiamiento de emergencia, sumando presión sobre los bancos griegos que han estado sobreviviendo en las últimas semanas gracias a los frecuentes incrementos de los fondos del mecanismo ELA.
En medio de la agitación política en Grecia, donde una clara mayoría desea permanecer en la zona euro, los próximos días supondrán un enorme desafío a la integridad del bloque monetario de 16 años. Las consecuencias para los mercados y los sistemas financieros no estaban claras.
“Es un momento oscuro para Europa (…) sin tomar en cuenta el lugar en el que estemos tenemos clara conciencia al respecto”, dijo el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, en una entrevista con la Radio BBC.
El Gobierno de Grecia, liderado por el partido Syriza, había estado negociando la liberación de los fondos a tiempo para pagar al FMI. Pero sorpresivamente, en las primeras horas del sábado, Tsipras pidió un tiempo adicional para permitir a los griegos votar en un referendo el 5 de julio sobre los términos del acuerdo con la zona euro.
Los acreedores rechazaron de plano la solicitud, dejando pocas alternativas a Grecia más allá de caer en default, un evento que agudizará la presión sobre el sistema bancario del país.
Tsipras dijo que los controles de capital no detendrían sus planes de realizar un referendo el próximo domingo sobre las exigencias del FMI y la zona euro.
Las exigencias de la troika
?Los acreedores desean que Grecia recorte las pensiones y eleve impuestos en niveles que según Tsipras agudizarían una de las peores crisis económicas que ha vivido el país en tiempos modernos. Un cuarto de la fuerza laboral está desempleada.
Partidos de oposición griegos se han unido en una condena contra la decisión de Tsipras de convocar al referendo sobre los términos del rescate, pero muchos ciudadanos están de acuerdo con la medida.
El BCE dijo en un comunicado el domingo que mantendrá en sus actuales niveles la liquidez de emergencia para los bancos griegos, pero que estaba siguiendo de cerca la situación y que podría ‘reconsiderar su decisión‘.
Fuga de capitales
Con el feriado bancario como telón de fondo, hoy se formaron largas filas en los cajeros automáticos, incluyendo a entre 40 y 50 personas que aguardaban por retirar su dinero en algunos expendedores del centro de Atenas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania emitió una advertencia de viajes a los turistas que acudirán a Grecia, señalando que deberían llevar consigo efectivo suficiente en caso de tener dificultades con los prestamistas locales.
El Banco de Grecia dijo que estaba haciendo ‘enormes esfuerzos‘ por garantizar que los cajeros automáticos se mantuvieran con efectivo.