• Ucrania ya se encaminaba a un default.
• Los activos de riesgo serán los más perjudicados.
El agravamiento de la crisis griega tendría un impacto negativo en bonos argentinos. Aunque a primera vista no hay punto alguno de contacto entre ambos países, la realidad es diferente en la lógica de mercados globalizados. Ante un inminente default, el impacto llegaría a otros activos considerados más riesgosos. Hasta hace pocas jornadas, la deuda argentina -con un rendimiento cercano al 10% anual en dólares- rendía incluso más que los bonos griegos. El consenso del mercado era que finalmente se lograría llegar a un acuerdo entre el Gobierno de Alexander Tsipras y la troika, conformada por los principales acreedores del país, entre ellos el FMI y Alemania y la representación del eurogrupo.
No sería extraño que este cambio de escenario, que podría precipitar incluso la salida de Grecia de la zona euro y pasar a tener una moneda propia, repercuta en una serie de países que tienen algún grado de semejanza. El que tiene hoy una situación más parecida a la griega es Ucrania, que se encamina al default y una significativa reestructuración de su deuda. Se habla de una quita (o «haircut») que no sería menor al 40%.
En un segundo escalón aparecen tanto los bonos de Venezuela como los de Argentina. En el caso venezolano, luego de una recuperación a principios de año, los títulos volvieron a ceder terreno y hoy vencen por encima del 25% anual en dólares, lo que vuelve inviable la búsqueda de refinanciación. En el caso argentino, los títulos están mostrando algo más de debilidad luego de un gran arranque del año. Las dudas típicas por la proximidad del proceso electoral impactaron en bonos como el Bonar 24, que ahora rinde alrededor del 9,7% anual en dólares, cuando hace un par de meses se ubicaba por debajo del 9%.
Los inversores extranjeros prácticamente paralizaron las apuestas que venían haciendo para posicionarse en activos argentinos. Ahora prefieren esperar el resultado electoral o saber cuáles serán las medidas que adopte el nuevo Gobierno. La deuda argentina incluso podría verse más perjudicada que otros bonos de lo que se denomina la «periferia» europea, como Portugal, España o Italia. El motivo es que estos países se están recuperando de la crisis económica, pero sobre todo que cuentan con una enorme masa de recursos que mensualmente inyecta el Banco Central Europeo. Por lo tanto, los riesgos de que alguno de ellos pueda tener problemas para pagar la deuda son ínfimos. No es casualidad que la deuda de España, por ejemplo, se ubique en la zona de 150 puntos básicos, es decir una tasa que está apenas 1,5 puntos porcentuales por encima de lo que paga el bono alemán (Bund).
Si finalmente se desencadena una salida griega de la zona euro, resta determinar hasta qué punto hay blindaje para el resto de los mercados o, por el contrario, si existe peligro de contagio. Si el caso griego se parece y mucho al de la salida de la convertibilidad por parte de la Argentina a fines de 2001, ahora queda saber hasta qué punto se trata de una crisis que puede quedar «encapsulada». El default argentino, de hecho, tuvo un impacto mínimo en el resto de los mercados emergentes, menor incluso al que se esperaba en aquel momento.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=796755