El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, advirtió que si gana el «no» en la consulta del domingo significará la puerta de salida del Eurogrupo
El gobierno griego confirmó que no realizará el pago de 1.600 millones de euros que vencen hoy, según reveló un funcionario del gobierno en Atenas. Los ministros ya habían reiterado que Grecia no tendría los fondos para pagarle al FMI a menos que se alcance un acuerdo con los acreedores para desbloquear 7.200 millones de euros congelados durante la negociación. Pero, con la ruptura de las negociaciones durante el fin de semana en las que no hubo coincidencia entre las partes, comenzó el tiempo de descuento para la declaración formal de «default»
Alexis Tsipras, sin embargo, envió al Congreso de su país la propuesta de una convocatoria a referéndum, que se realizará el próximo domingo 5 de julio, para que sea la población griega la que decida si acepta o no la última propuesta que el Eurogrupo realizó.
«Si los griegos quieren continuar con los planes de austeridad a perpetuidad, que no nos dejará levantar nuestras cabezas… lo respetaremos, pero no seremos los que lo llevaremos a cabo», señaló e instó a los ciudadanos a apoyar al «No» en el referéndum, que según afirman, no significa necesariamente la salida de la zona Euro.
Aunque desde el FMI afirmaron, sin embargo, que la falta de un pago calificaría a Grecia sólo «en atraso», todos temen que el incumplimiento llevará a Grecia más cerca de una salida de la zona del euro, muchos funcionarios europeos ya advirtieron a los griegos que un triunfo del «no» al paquete de ayuda sería el equivalente a un rechazo al euro.
Tras la medida tomada por el gobierno griego de cierre de las entidades bancarias y el establecimiento de un «corralito» que impide el retiro de dinero de los cajeros automáticos, la reacción de la población en el país fue de tensa calma, aunque con mucho nerviosismo. Largas filas en los supermercados y colas de jubilados en los bancos fue una postal del día.
«Trabajé toda mi vida para despertar una mañana y ver un desastre como este», dijo el dueño de una tienda que había acudido al Banco Nacional de Grecia para cobrar la pensión de su esposa.
Las empresas señalaron que no podían pagar los sueldos de sus trabajadores ni a sus proveedores y que habían tenido que detener las importaciones.
Atenas alega que los recortes a las pensiones y las alzas de impuestos exigidos sólo agravarían la crisis económica del país, donde un cuarto de la fuerza laboral no tiene empleo.
El partido Syriza, al cual pertenece Tsipras, realizó una manifestación ayer para protestar contra las medidas de austeridad e instar a los ciudadanos a votar «No».
Aunque Tsipras reclamó una ayuda provisional en forma de crédito puente, hasta la realización de la consulta popular, sólo hubo respuestas negativas desde Europa. La principal opositora fue la canciller alemana Ángela Merkel, quién señaló que «no hay base legal» para realizar tal movimiento y acusó a los griegos de «no tener voluntad de compromiso».
El jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, señaló por su parte que se sentía personalmente traicionado e instó a los griegos a votar «sí» en el referendo del domingo.
Ayer se publicó el texto de la pregunta del referendo: «¿Debería aceptarse la propuesta entregada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en el Eurogrupo el 25 de junio de 2015, que consiste en dos partes que juntas constituyen la propuesta integral?». La casilla del «No» aparece como primera opción, por encima de la del «Sí».
Aunque no hay sondeos de opinión disponibles, el triunfo de la opción «No» parece lo más probable, según Economist Intelligence Unit. Señalan que la probabilidad de que Grecia salga de la zona euro es de un 60%.