La posibilidad de que Grecia no llegue a un acuerdo con sus acreedores amedrentó a los inversores del mundo. La prueba fueron los saldos negativos en todos los mercados, desde Asia hasta América latina. En Europa las caídas superaron el 5% y en Wall Street llegaron al 2,4%. El Merval también se acopló: cerró 3,2% abajo y registró la peor baja de la región. Las acciones de los bancos fueron los más afectados, ya que perdieron hasta 5,5%
Una vez más Grecia quedó al límite del abismo. Si bien desde que estalló la crisis subprime a mediados de 2008 fueron varias las veces que el mercado se desplomó por miedo a que la debacle de la deuda helena excediera los límites del país, las bolsas del mundo no pueden arriesgarse a que finalmente se concrete un default por lo que, ante la amenaza, se derrumbaron hasta un 5,2%.
Aunque las peores bajas se dieron en Europa -el índice italiano fue el que se desplomó 5%- la tendencia se trasladó a todos los continentes. En Asia las caídas variaron entre 1,4% y el 6%, mientras que en Wall Street se registraron bajas de hasta 2,4%. En la región, el Merval fue protagonista: perdió 3,2%, el retroceso más importante. Las peores caídas se dieron entre las acciones de los bancos: se hundieron hasta 5,5% en la plaza porteña y un máximo de 4,4% en el parqué neoyorquino.
Ayer los inversores tuvieron que digerir la decisión del primer ministro griego, Alexis Tsipras, de mantener los bancos cerrados por seis días y el límite de extracción de 60 euros, además de la noticia sobre el referéndum que se llevará a cabo sobre las exigencias de sus acreedores. Por si fuera poco, Tsipras debe pagar hoy 1.500 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI), un compromiso que, según el mercado, no se cumplirá.
Como al igual que los bancos la bolsa de Atenas permaneció cerrada, el índice italiano lideró el podio de los números rojos. En tanto, el Ibex de España descendió 4,6% y el CAC de Francia cayó 3,7%.
En Wall Street fue el Nasdaq el más afectado, al ceder más de un 2%. Muy de cerca lo siguieron el Dow Jones y el S&P500 con sus respectivas bajas de 2,1% y 1,9%.
Los saldos se pueden medir de distintas maneras, sin embargo los descensos no fueron considerados como catastróficos por los analistas. Por un lado es cierto que el Ibex sufrió la peor caída intradiaria desde mediados de 2012, pero por el otro, tal como señaló el analista de Bull Market Juan Manuel Palacio, pese a que la bolsa de Alemania bajó 3,6%, se mantuvo por encima del nivel que mostraba diez días atrás.
A su vez, Palacio opinó sobre la performance de los índices de Wall Street: «Esta noticia agarró a las bolsas de Estados Unidos en niveles muy altos. Los inversores aprovecharon para tomar ganancias después de que alcanzaran varios récords».
En cuanto al golpe que recibieron los bancos, entre que son -junto a las eléctricas- las acciones más volátiles del Merval, y también conforman el sector más involucrado por su tendencia de bonos griegos, terminaron siendo los más vendidos por los inversores.
No obstante, el volumen no fue tan importante como en otras ruedas. Se negociaron $ 177 millones en acciones en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
El operador de Mayoral Rubén Pasquali sostuvo que la volatilidad se extenderá, por lo menos, durante el resto de la semana, siempre que los acreedores de Grecia no opten por un salvataje sorpresa, algo poco probable para el mercado.