En el primer semestre los rendimientos de los plazos fijos y las Lebacs superaron la tasa de devaluación, porque el gobierno pudo planchar el oficial y controlar los paralelos. Hacia adelante, el inversor ya no compara rendimientos, sino que busca dolarizarse según espere un salto devaluatorio o una tablita cambiaria. En caso de que no suceda, piensa que el costo de oportunidad será menor
En el primer semestre, los activos en pesos rindieron más que la suba del dólar oficial y sus cotizaciones paralelas. Pero la duda hoy es qué tasa tendrían que pagar para compensar las expectativas de devaluación propias de una elección presidencial incrementadas por todos los desequilibrios macroeconómicos acumulados.
La gente espera que el próximo gobierno devalúe en algún momento, no sabe de qué manera ni cuándo, y que en el momento que eso suceda, el dólar tomará velocidad. Es por eso que comenzó a dolarizar sus carteras y que la suba de tasas que está implementando el gobierno en los plazos fijos resulta pequeña y tardía, según los expertos consultados por El Cronista.
El presidente del Banco Central (BCRA), Alejandro Vanoli, dijo ayer que «desde octubre para acá, una persona que invirtió en un plazo fijo, ganó un 20%», mientras que «quien fue al mercado ilegal del dólar y compró en torno a $ 16, perdió plata».
Y fue así. Durante los primeros meses del año, el mercado esperaba que el gobierno devaluara del 12 al 18% anual (8,3% el oficial en el primer semestre) y tuviera herramientas para contener el resto de las variables (el contado con liquidación subió 7,35% en el mismo período). Entonces los inversores ganaron una diferencia de 10 puntos colocando sus pesos en un plazo fijo minorista a un 23% a 30 días o una Lebac a un 26% a 90 días. Aunque quedaron por detrás de la inflación, de entre 28 y 30%. También el índice Merval le ganó al dólar, al subir 35,88%.
Pero en el segundo semestre, las expectativas de devaluación superan los rendimientos en pesos.
«De acá a tres meses no le recomiendo a nadie estar invertido en pesos. Porque corre dos riesgos: que salte el dólar y que, aún con esta suba de tasas, no le gane a la inflación, que va a subir con una emisión monetaria que se va a acelerar», dijo Diego Martínez Burzaco, economista Jefe de Inversor Global, quien también previó que la Bolsa será más selectiva y que las acciones se moverán según las encuestas. «El mercado se va adelantando. Si olfatea una devaluación, muchos instrumentos atados al dólar -bonos soberanos, provinciales, dollar-linked, cedears o acciones vinculadas al mundo- van a subir mas fuerte que los plazos fijos», agregó.
Según explicó Miguel Angel Boggiano, CEO de Carta Financiera, no se puede comparar el rendimiento de los activos en pesos con el dólar porque tienen velocidades diferentes. «Los plazos fijos y las Lebacs, redondeando, rinden un 2% por mes; te dan algo de manera regular. El dólar, cuando empieza a moverse, tiene un recorrido más explosivo. En los últimos 60 días el blue subió 15%. Es decir, que en dos meses, el blue te sacó de un plumazo lo que habías ganado a plazo fijo a lo largo de siete meses», dijo.
Compra de dólares
Es por eso que el mercado está en pleno proceso de dolarización de carteras según espere una devaluación discreta, una tablita cambiaria o un mix: el dólar ahorro bate récords, el gobierno tuvo que vender bonos para frenar la suba del contado con liquidación, los títulos dollar-linked rinden negativo y hubo suscripciones promedio de $ 150 millones diarios en los fondos comunes de inversión que ofrecen cobertura en la última semana.
Ante este un panorama, la suba de tasas que planteó el gobierno a 23,58% a 30 días resulta marginal. «La intención fue buena, pero llegó a destiempo y no es suficiente para saciar la sed de dólares ante una elección presidencial», dijo Martínez Burzaco.
Para Boggiano, «si quisieras hacer que la gente dude un poco, tenés que pensar en una tasa más cercana al 40%. Aun así a muchos no los convencés, porque si el dólar sube 15% en dos meses, no sabe si no subirá 10% en un mes más». Aunque alertó que esa tasa en las Lebacs deterioraría aún más el balance del BCRA y enfriaría la economía por el traslado al costo de los créditos.
Para el inversor entonces ya no sería una comparación entre rendimientos en pesos y en dólares. Sino que prefiere dolarizarse por temor a una devaluación. Y en caso de que suceda, sabe que el costo de oportunidad será menor.