Shangai perdió un 8,5% debido a los malos datos y perspectivas de la producción industrial del gigante asiático y el efecto se hizo sentir. Wall Street, que pese a todo soportó bastante bien el golpe, cayó igualmente 0,73%. No fue el caso de Europa, que vio pérdidas de hasta 3%; los mercados de materias primas, tampoco ayudaron con la caída de sus cotizaciones. Tokio resistió pero no así Hong Kong.
Los mercados de acciones de todo el mundo cerraron hoy con fuertes descensos al igual que el mercado de materias primas tras conocerse el colapso de las Bolsas chinas, en particular la de Shangai que perdió un 8,5% debido a los malos datos y perspectivas de la producción industrial del gigante asiático.
Tres semanas después del primer derrumbe de importancia en el mercado bursátil chino, frenado merced a la fuerte intervención del Estado y de los bancos de Pekín, China volvió a sacudir hoy a las bolsas internacionales que se vieron afectados también por las caídas de los precios de las materias primas, algo que guarda estrecha relación con la ralentización de la segunda economía mundial por lo que representa en materia de demanda de productos.
Las Bolsas chinas sufrieron hoy su mayor derrumbe desde 2007, al caer un 8,5% el índice de Shangai, el referencial de los parqués asiáticos, y un 7,59% el de Shenzhen, apenas dos semanas después de empezar a recuperarse de su peor mes, en el que llegaron a perder un tercio de su valor.
Más de la mitad de los valores que cotizan en ambos mercados, es decir, unas 1.600 empresas, llegaron a perder hoy un 10%, que es la variación máxima diaria que permite la normativa bursátil china, según la agencia de noticias EFE.
En ese marco, los mercados estadounidenses fueron los que mejor soportaron la sacudida, aunque el índice industrial Dow Jones cerró con una baja del 0,73%, en tanto el Nasdaq, de valores tecnológicos, concluyó con una pérdida del 0,96%.
Mucho más golpeadas resultaron las Bolsas europeas, ya que grandes empresas del Viejo Continente dependen en alto grado de la colocación de sus productos en el mercado chino.
El índice FTSE de la Bolsa de Londres perdió un 1,13%, mientras que el CAC40 de la Bolsa de París retrocedió un 2,57%. En Frankfurt, el índice DAX cerró con una caída similar a la de París, un 2,56%, algo menos que el retroceso sufrido por el índice MIB de la Bolsa de Milán que fue del 2,97%.
Las acciones de la Bolsa de Amsterdam perdieron un 1,74%, algo menos que lo ocurrido con el índice OMX30 del mercado de Estocolmo que se dejó un 1,95%, una caída elevada para este mercado.
En España, el índice IBEX35 de la Bolsa de Madrid cayó un 1,45%, un porcentaje casi similar al de las acciones de Zurich que retrocedieron un 1,38%.
En el Lejano Oriente y a pesar de lo ocurrido en China, el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio perdió sólo un 0,95%, y el Hang Seng de la Bolsa de Hong Kong sí se resintió sensiblemente al caer un 3,09%.
Además, los mercados accionarios sufrieron también por las sensibles caídas de las materias primas cuyos precios pierden fuelle debido a la desaceleración de la economía china, como bien lo mostró hoy el retroceso del 3% en las ganancias de las compañías del país.
El índice de materias primas de Bloomberg mostró hoy que el retroceso de los precios de todo tipo de materias primas (oro, petróleo, gas natural, maíz, soja, hierro o cobre) asciende a un promedio del 11% en lo que va de este año.
Se trata del nivel más bajo de los valores de los commodities en los últimos 13 años, que deja en evidencia que el tirón de la demanda china se frena y comienza a afectar al conjunto de los mercados, lo que se traduce en un golpe a las economías y las monedas de los países emergentes exportadores de materias primas.
Por otro lado, el temor por lo que pueda ocurrir en China no sólo proviene del lado productivo sino también del financiero ya que el estallido de la burbuja especulativa hace tres semanas se vuelve a replantear como una amenaza a partir de lo ocurrido hoy en Shangai.
Si bien las autoridades de Pekín siguen interviniendo para frenar el derrumbe bursátil y la salida de capitales del país, nadie está seguro de cuál sea el resultado final de esta pulseada que se libra en los mercados.
Otro elemento que añade incertidumbre y preocupación a la situación económica y financiera es la decisión que deberá adoptar la Reserva Federal de Estados Unidos sobre la suba o no de las tasas de interés en las próximas semanas o meses.
Ahora, los observadores y analistas tienen puesta la atención en las señales que pueda dar la titular de la Reserva, Janet Yellen, en próximo miércoles, como resultado de una serie de reuniones que comenzaron hoy en Washington.